Iñaki Urlezaga nunca dudó de su pasión por la danza. Desde niño le entusiasmó el ballet y su talento quedó pronto demostrado cuando siendo aún un niño ingresó a la escuela del Teatro Colón. Vivía en La Plata y viajaba todos los días a la Capital Federal. Aunque la distancia no es grande, viajar a diario podía ser un impedimento, pero el tesón del joven bailarín lo superó sin ninguna dificultad. Distinguido en el Colón como un alumno de 10 absoluto, a Urlezaga se le presentó la oportunidad de audicionar para el Royal Ballet de Londres, una de las compañías más grandes del mundo. Según confesaría años después, Urlezaga no se dio cuenta de la gran prueba que significaba esa audición y la pasó naturalmente. Mientras estaba esperando su turno, rodeado de la ansiedad de todos los otros participantes, el bailarín argentino sacó fuerzas de la memoria y recordó que la danza le venía desde lejos, desde el día en que descubrió que quería ser bailarín mientras miraba a su abuela dar clases de danza en el patio de su casa.
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