Isla Navidad. - Las horas empezaron a ser vitales para los hombres, mujeres y niños que habitan desde el domingo en la cubierta del buque noruego Tampa, que los recogió cuando el ferry en el que venían de Indonesia naufragó en aguas internacionales. El barco se encuentra desde entonces a diez kilómetros de las costas de la isla australiana de Navidad, situada a su vez unos 350 kilómetros al sur de Java. Para aliviar la ya insostenible situación a bordo, miembros de la Cruz Roja, Médicos Sin Fronteras y la ONG australiana Doctores de la Sociedad de Reforma se desplazaron a Navidad para poder asistir a los inmigrantes en cuanto las autoridades les permitan subir a cubierta o bien desembarcar a los pasajeros. El embajador de Noruega en Australia, Ove Thorshein, visitó ayer el barco durante seis horas y luego dijo que las condiciones a bordo no eran muy buenas. "Hay poca agua y el alimento es limitado", dijo. "La situación sanitaria también es un problema". Pero señaló que los inmigrantes están determinados a poner fin a su odisea, que para la mayoría comenzó hace unos ocho meses cuando escaparon de los fundamentalistas islámicos del Talibán que gobierna Afganistán. "Dicen que no irán a ningún lugar que no sea Australia", dijo el embajador, indicando que los inmigrantes le dieron una carta para ser entregada al primer ministro John Howard.
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