Isla de Navidad, Australia. - Las Naciones Unidas pidieron ayer a Australia que permita a cientos de inmigrantes abarrotados en un carguero desembarcar en su territorio, como primer paso para solucionar lo que se ha convertido en una disputa internacional. La petición fue presentada ante el Alto Comisionado de la ONU para los Refugiados (Acnur)ë en Ginebra, donde se reunieron funcionarios de Australia, Noruega, Indonesia y Nueva Zelanda para discutir un plan de tres puntos para poner fin al conflicto de seis días.
Mientras, los eventuales refugiados, incluyendo mujeres y niños y que están amenazados por el hambre y la sed a bordo del carguero noruego Tampa, insisten en que quieren llegar a territorio australiano y que no aceptarán otro destino. Australia, una nación surgida de la inmigración pero donde el destino de los refugiados se ha convertido en un tema electoral, se niega a aceptarlos. Indonesia, donde se embarcaron los refugiados, y Noruega, donde está registrado el carguero, tampoco desean aceptarlos. Sin embargo, el minúsculo Timor Oriental, administrado por la ONU y que realizó sus primeras elecciones democráticas el jueves, ofreció ayuda para resolver el estancamiento internacional.
El Tampa recogió el domingo a los inmigrantes, en su mayoría afganos, cuando su barco estaba por zozobrar y permanece anclado frente a la isla australiana Navidad, pero el gobierno de Australia se niega a permitirles que desembarquen. "El plan comenzaría, primero, con el desembarco temporal por razones humanitarias en la isla Navidad", dijo Ron Redmond, un portavoz del Acnur. Noruega y Nueva Zelanda ofrecieron acoger a algunos de los refugiados, al igual que anunció ayer Timor Oriental. El ofrecimiento de esos tres países contrasta con la posición de Australia, que se niega a permitir que los inmigrantes abandonen el barco.
Cuestión humanitaria
Pero el Acnur dijo que el primer paso era necesario para sacar del barco a los inmigrantes. "Esa gente ha estado a bordo del barco por mucho tiempo y la isla Navidad es el lugar más lógico para desembarcarlos en estos momentos", dijo Redmond. Agregó que el plan de tres puntos de la agencia era llevar a tierra a los inmigrantes, determinar la situación de cada uno de ellos y luego reubicarlos en terceros países.
Los delegados interrumpieron hasta hoy las conversaciones, pero habrían llegado a un acuerdo el "principio de repartir la carga" en torno al destino de los refugiados de origen afgano y ceilandés, indicaron fuentes de la organización. "Creo que pronto encontraremos una solución", dijo el ministro del Exterior noruego, Thorbjorn Jagland, quien además consideró que la actitud del gobierno australiano es "muy positiva y amistosa".
El buque noruego de 44.000 toneladas permanecía en tanto fuera de las aguas territoriales australianas, cerca de la isla de Navidad, y los refugiados buscaban alivio del ardiente sol bajo una carpa tendida entre contenedores vacíos en cubierta. Tropas australianas irrumpieron en el carguero el miércoles luego que penetró en aguas australianas, y posteriormente funcionarios australianos dijeron que había 460 inmigrantes a bordo, incluyendo 21 mujeres y 44 niños. El carguero rescató además a seis tripulantes indonesios del transbordador que naufragó.
Pero Australia se mantiene firme frente a la indignación internacional por su negativa en aceptar a los inmigrantes enfermos y agotados en el Tampa, que según algunos críticos es su obligación bajo la Convención de Refugiados.
Blanco de las críticas
El premier Howard, acusado por algunos de alentar una oleada de xenofobia antes de unas difíciles elecciones a fines de año, defendió la postura australiana. "Simpatizamos con su situación, hemos actuado para mejorar sus condiciones, pero obviamente nos gustaría ver que este asunto se resolviera en una forma consistente con los intereses australianos", dijo a los reporteros.
El premier mantiene una línea dura pues teme que los votantes lo castiguen en las próximas elecciones este año por no frenar la ola de inmigrantes que está llegando a las costas australianas a través del océano Indico. Más de 2.000 personas han llegado al país en los últimos tres meses y las autoridades aseguran que hay otros 5.000 esperando para ser trasladados en Indonesia.
Mientras tanto, cerca del 90 por ciento de los australianos, según encuestas extraoficiales, aprueba la actitud de Howard y lo apoyan en su contienda contra los inmigrantes ilegales, pero una minoría más activa, como un grupo de abogados y algunos habitantes de Navidad, exigen una solución rápida a la crisis.