Durban. - La Conferencia Mundial contra el Racismo, que comenzará hoy en la ciudad sudafricana de Durban, está en peligro de fracasar si sólo se concentra en el conflicto en Medio Oriente, según fuentes de las delegaciones europeas. La conferencia se llevará a cabo tras tres decenios de esfuerzo de las Naciones Unidas por erradicar del planeta la discriminación racial, la xenofobia y las formas conexas de intolerancia, opuestas a los fundamentos esenciales de los derechos humanos.
Los representantes europeos quieren evitar, con ayuda de sus contrapartes africanos, que el único tema a debate termine siendo el conflicto palestino-israelí. "Debemos impedir que Medio Oriente haga fracasar por tercera vez una conferencia de este tipo", aseguraron algunos delegados.
Una semana de debate
Durante una semana -desde el 31 de agosto al 7 de septiembre de 2001-, los representantes de la comunidad internacional se reunirán en Durban para abordar cuestiones que están en la raíz de muchos de los actuales conflictos mundiales, y que son elementos fundamentales del círculo vicioso de la pobreza y la exclusión social. La Conferencia Mundial se propone crear "una nueva visión del mundo", para que la lucha contra el racismo y la discriminación racial sea efectiva, promoviendo "una mayor sensibilización respecto de este flagelo" y orientando "las medidas decisivas a escala nacional, regional e internacional a fin de ayudar a los que diariamente padecen la discriminación".
A pocas horas del comienzo oficial de la reunión, no estaba claro qué tipo de delegación enviaría Estados Unidos a Durban, debido a su desacuerdo con las críticas acusaciones árabes de que Israel segrega a los palestinos. El secretario de Estado, Colin Powell quería asistir a la conferencia pero decidió no hacerlo cuando Estados Unidos e Israel objetaron el lenguaje propuesto por las naciones árabes e islámicas.
En su lugar, Washington expresó que enviará a un funcionario de nivel medio del Departamento de Estado para tratar de enmendar el lenguaje sobre Israel, pero podría no ocupar su asiento en la plenaria de apertura. Funcionarios estadounidenses dijeron que el subsecretario de Estado E. Michael Southwick llegó a Durban anoche, pero todavía no estaba claro cuáles eran las intenciones de Estados Unidos.
A pesar del boicot de Estados Unidos e Israel, quienes denunciaron una campaña anti-semita en los documentos preparatorios de la reunión, -que en un principio buscaron equiparar el sionismo con el racismo- la nueva Cumbre Mundial registra un récord de participación, con la asistencia de delegados de 189 estados y de cientos de grupos civiles y de Organizaciones No Gubernamentales (ONG).
Unas diez mil personas tienen previsto asistir a la cumbre mundial, que durante una semana convertirá en el foro de los desheredados del mundo, puesto que contará con una nutrida representación de los países pobres y una escasa participación de los ricos, principalmente de las antiguas potencias coloniales que se resisten a reconocer las consecuencias de sus prácticas esclavistas.