El fuerte rechazo de la población hacia la figura del político tradicional farandulizó el mapa electoral de la Capital Federal y la provincia de Buenos Aires, a tal punto que algunas listas se parezcan más a las de una elección de Sadaic, o el sindicato de artistas, que a una nómina de candidatos a senador o diputado nacional.
Lo cierto es que los artistas decidieron apostar fuerte y aceptaron integrar las listas de partidos o referentes políticos que, paradójicamente, en la última década criticaron con dureza este tipo de iniciativas que puso en práctica el menemismo.
Algunos, como Susana Rinaldi, cuentan con un pasado de compromiso político, en su caso al lado del ex presidente Raúl Alfonsín o con militancia socialista. Precisamente, acompañará al titular del Partido Socialista Democrático (PSD), Alfredo Bravo, en la lista de senadores que el ARI presentará en la Capital Federal.
O como Soledad Silveyra, que ascendió a la fama protagonizando el personaje Mónica Helguera Paz en la popular telenovela de los años 70 "Rolando Rivas, taxista", y últimamente como conductora del exitoso y no menos polémico reality show de Gran Hermano.
También está el caso de Héctor Bidonde, hombre de izquierdas que decidió integrar las listas que le ofreció el trotskista abogado y vendedor de libros Luis Zamora, como segundo candidato a diputado, las mismas que llevan a Norman Brisky como aspirante a senador.
O el del ex peronista combativo Víctor Laplace, quien estuvo a punto de subirse a las listas del ARI como candidato a diputado suplente.
Un aporte desde la cultura
"Mi presencia al lado de Alfredo (Bravo) es para consolidar un rubro que queda siempre de lado, que es educación y cultura, y que puedan ir estos dos rubros juntos a revalidar posturas en el Senado de la Nación", explica la Tana Rinaldi.
Para Solita Silveyra, la razón de su presencia en las listas del ARI se debe a que "es imposible a los diputados decirles que no a (Elisa) Carrió y Alfredo Bravo". Son épocas de "crisis terminal en el país, que exige de cada uno de nosotros una contribución especial, un aporte adicional al simple cumplimiento de nuestras obligaciones ciudadanas".
Bidonde, con sus 64 años a cuestas, estima que "tiene muchas cosas que hacer" en materia de cultura, y aunque lo "sigue tomando de sorpresa" el convite, promete "seguir haciendo lo que hice toda mi vida, que es tratar de estar cerca de la gente, intentando horizontalizar la política".
"No queremos más discutir desde el llano sin que se nos oiga", bramó Rinaldi, quien contribuyó como pocos a amoldar el oído francés al tango argentino: una auténtica embajadora cultural.
Para Silveyra, se trata de recuperar la "credibilidad" perdida, para lo que se hace necesario "una nueva clase de ciudadanos, tal vez con menos comité y más villa", compara con mundana visión, y pide "no tanto discurso y más acción".
"Tengo 38 años de trabajo, jamás me imaginé que la vida me iba a poner en este momento, pero creo que tengo cierta comprensión para entender el sufrimiento de los que no tienen nada", confiesa. Y, aunque le falte experiencia política, parece sobrarle sutileza expresiva para defender su decisión de acompañar a la diputada chaqueña: "Cuando la Carrió señala la Luna, el estúpido es el que mira el dedo".
Bidonde, en cambio, explica sus posibilidades apelando a la retórica futbolera: "Estar en el banco de suplentes no me da ventaja. Tengo que estar preparado, listo como un titular".