Según el informe del Lusida, en el país el primer niño enfermo se diagnosticó en 1986. Hasta el 31 de diciembre de 2000, el número acumulado de menores de 13 años enfermos de sida es de 1.306, con una distribución similar entre varones y mujeres. La vía perinatal fue la responsable del 96% del total de niños enfermos (1.256), seguida por la transmisión sanguínea (transfusiones) que representa casi un 3%.
La transmisión madre-hijo o perinatal representa el 6.7% en el total de enfermos de sida notificados en el país. Esta proporción es una de las más altas del continente americano.
En Argentina esta proporción ha ido aumentando, alcanzando el máximo en 1996 y disminuyendo luego de forma paulatina en 1997, lo que puede atribuirse a la elaboración y difusión de la Norma Nacional de Sida en Perinatología, aprobada por resolución ministerial, que incluye la obligatoriedad de ofrecer a todas las embarazadas la realización del test diagnóstico, previo consentimiento informado.
Esto mejoró la detección precoz de las embarazadas positivas y su tratamiento posterior, con la consecuente disminución de la transmisión a los recién nacidos.
La introducción de terapias de alta eficacia desde finales de 1996 y, especialmente, el tratamiento de las embarazadas, constituyó también un factor importante en la disminución de la trasmisión vertical.
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La Ciudad
