Marcelo Menichetti
La artista cubana Marlen Puello pondrá en escena el ballet "Carmen" esta noche, a las 21, en el Teatro Manuel de Lavardén, Sarmiento y Mendoza. El espectáculo contará con la participación de Emanuel Abruzzo, integrante del Ballet Juvenil de Julio Bocca, y el bailarín de flamenco Cristián Riveros, de Buenos Aires, quienes actuarán junto a 30 artistas del Cuballet Rosario. Marlen Puello llegó a Rosario hace cinco años. La bailarina cubana que egresó de la Escuela Nacional de ballet de Cuba fundada por Alicia Alonso en 1959, pensó que la ciudad podría ser un buen lugar para transmitir sus conocimientos de la escuela cubana de ballet y se quedó. Hoy, al frente del Cuballet Rosario, presentará su versión de la obra que compuso Georges Bizet, a la que le puso una coreografía que, en un diálogo que mantuvo con Escenario , definió como "una creación propia de corte neoclásico y flamenco. Es decir, es una mezcla bastante particular porque lo que habitualmente se puede ver de la obra es su versión en flamenco o en clásico. En este caso sería una visión mixta, que incluye ambas técnicas", ilustró. Los cambios de la sociedad cubana a la argentina produjeron su impacto en la bailarina, coreógrafa y docente. Hoy parece haber asimilado los códigos locales y hasta algunos términos con los que grafica la situación económica: "No es fácil pero la peleamos", dice con la gracia de su tonada caribeña, apelando a vocablos de inocultable argentinidad. -¿Por qué vino a trabajar a Rosario? -Me habían comentado que, a raíz de la repercusión que tuvo Julio Bocca en el mundo, en la Argentina había una gran movida de danza. Yo tenía tres posibilidades, en México, España y Argentina, y se dio acá. Yo esperaba que sucediera porque me gustaba mucho el país. -¿Vino directamente a montar una escuela? -No, en realidad vine a experimentar, a conocer cómo era la movida y me quedé porque vi que había muchas cosas por hacer y que mi trabajo podía servir y eso era positivo para mí. -¿Por qué eligió Rosario para instalarse? -Fui invitada por la Escuela Provincial de Danzas Nigelia Soria. Solía venir a dictar conferencias y después surgió la posibilidad que trabajar y me quedé. Iba a pasar por Buenos Aires, pero Rosario me atrapó y no salí de acá ya nunca más. -¿Qué tiene de nuevo esta puesta de "Carmen"? -La historia con las puestas en escena de "Carmen" empieza en Cuba. -¿De allí salió la primera? -Sí. Supuestamente Fernando Alonso hace la coreografía para Maia Plisetskaia y ahí comienza el boom de "Carmen". Luego vinieron las puestas de Antonio Gades y otras que se hicieron en el mundo entero. Supongo que, como soy cubana y vengo con toda la formación de esa escuela, el hacer una coreografía de "Carmen" era para mí todo un desafío por el tema de que en Cuba estuvo muchos años prohibida por rivalidades entre las divas, en este caso Alicia Alonso y Maia Plisetskaia. Creo que por ahí se puede encontrar el sentido de haber hecho una puesta como esta. -¿Es una reposición de la coreografía original? -No es la reposición del Ballet Nacional de Cuba, para nada. Es una creación propia y el corte de la obra es neoclásico y flamenco. Es decir, es una mezcla bastante particular porque, lo que habitualmente se puede ver es la obra en flamenco o en clásico. En este caso la versión sería mixta porque incluye ambas técnicas. -¿Esta puesta es un reestreno? -El año pasado estrenamos esta puesta en el Auditorio Fundación Astengo y ahora la volvemos a hacer porque se dio la oportunidad de traer a dos bailarines de Buenos Aires. En noviembre próximo vamos a estrenar en ese mismo escenario "Amor brujo", que sería la segunda producción de la escuela con este corte clásico-flamenco. -¿Hay interés en Rosario por la danza? -A pesar de cómo están las cosas la escuela funciona bastante bien. En este caso se hizo el proyecto Cuballet Rosario. La idea es hacer en esta ciudad una escuela igual a la que existe en Cuba, es decir que los chicos tengan una formación integral. Por ejemplo, los chicos que participan en esta puesta toman clases de moderno, con una profesora que viene de Buenos Aires que se especializa en lo que es latino contemporáneo, que es lo que se hace en Cuba. También les damos preparación en flamenco, clásico, teatro, preparación actoral y repertorio. -¿Cuáles son las características que distinguen al ballet cubano? -La característica principal de la escuela cubana de ballet se nota a nivel técnico. Los bailarines desarrollan mucho el salto, el giro. A nivel estético existe una influencia muy grande en lo que se llama danza de carácter. Por ejemplo en Cuba es muy común que se haga "El Quijote" o "Carmen", es decir ballets con fuerza, porque al público le gusta. "El lago de los cisnes" o "La Bella Durmiente", por ejemplo, no son ballets típicos de la escuela. Eso también se está viendo en el trabajo que hacemos en Rosario. -¿Le resultó abrupto el cambio? -Sí. Desde luego. -¿En Cuba los alumnos tienen más tiempo que en Rosario para dedicarle a la danza? -Mira, justo este es un tema importantísimo y me da la oportunidad de agradecerles un montón a los alumnos porque realmente el compromiso que han asumido desde hace cinco años a esta parte es impresionante. Los chicos invierten cinco horas por día, de lunes a sábados. Logramos que los chicos se den cuenta de que para hacer las cosas bien son necesarios el tiempo y la dedicación. -¿Cómo selecciona a los bailarines que participarán de cada presentación? -En los espectáculos bailan los mejores alumnos de la escuela. Igual hay una política de que todo el mundo mejore y tenga la posibilidad de bailar. A cada uno le damos el lugar que se merece: los mejores están en los roles protagónicos; los que no son tan buenos están en el cuerpo de baile. Esto es distinto a lo que se hace en Cuba donde sos muy bueno o no bailás. -¿Cómo son los argentinos para la danza? -Argentina tiene condiciones para estar con la danza posicionada mucho más arriba de lo que está. No sé si será por la carne vacuna que se come, o la leche que se toma, no sé (risas). Pero las condiciones de los chicos son impresionantes. Cuando llegué acá pensé que me iba a encontrar con chicas gorditas que tomarían clases porque las podían pagar, en cambio encontré un material humano impresionante. Gente con muchas condiciones que, con poco laburo, lograba lo que no lograba yo en Cuba en seis meses. -¿Qué tipo de artistas pretende formar? -El objetivo es formar bailarines que dominen una serie de técnicas y sean capaces de hacer cualquier cosa bien. Es decir, que no sean o bailarines clásicos o moderno sino artistas integrales. -¿Faltan los varones en los estudios de danza? -Nosotros tenemos bailarines varones pero justamente porque los enganchamos por el lado del flamenco. Por ahí no se animan mucho con el tema de la danza clásica, pero con el flamenco, como es algo aparentemente más masculino, tenemos chicos que se han enganchado. En el caso del moderno contemporáneo ponemos el acento en la influencia afro, porque dentro de las raíces culturales cubanas la influencia africana dio un toquecito que nos hizo un poco distintos dentro del marco del Caribe. -¿Existe un prejuicio sobre los varones que se dedican a la danza? -Es difícil pero hemos conquistado a unos cuantos. -Después de su experiencia de cinco años en Rosario, ¿qué es lo que más le molesta y que es lo que más le atrae de la Argentina? -Lo que más me molesta es que a la danza no se le da la importancia que merece. Creo que tiene que ver con un problema económico, político y de toda índole. En Cuba tiene un lugar importante y es una profesión; acá los chicos lo tienen como hobby y eso me molesta un poco. Paralelamente el material humano es importantísimo. Sin dudas acá son otras las condiciones económicas y artísticas que tengo en la mano, pero tengo un mundo por delante, con todo por hacer y eso hace que me quede en Rosario y apueste por la ciudad. Creo que con laburo, a pulmón, uno se puede proyectar al mundo y esa es mi intención, mi objetivo. -¿Los artistas argentinos son más exitistas que los cubanos? -El concepto del éxito acá pasa por lo material, por la fama, y en Cuba el éxito pasa por hacer uno lo que tiene que hacer y hacerlo bien. Más allá del precio, me paguen dos pesos o me paguen tres mil. Ambos somos existas, pero creo que hay una diferencia en cuanto a los conceptos. Uno hace las cosas lo mejor que puede y si eso tiene un rédito económico bienvenido sea. Pero no es que uno labure por la fama o por la pura plata como sí se ve acá.
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