"Seguro que peligra el ciclo lectivo", disparó el secretario general de la Universidad Nacional de Rosario (UNR), Daniel Erbetta. De este modo coincidió con un numeroso grupo de padres que ayer imploró al rector Ricardo Suárez para que busque el modo de que sus hijos vuelvan a tener clases en los colegios preuniversitarios. Es más, llegaron a solicitarle que se apliquen sanciones a los profesores del Politécnico y del Superior de Comercio que no trabajen. En ambas instituciones hubo desde el final del receso escolar sólo cuatro días efectivos de clases. Los propios docentes de las escuelas no se mantuvieron al margen de la discusión, hoy y mañana dictarán clases y sólo el viernes harán paro junto a los profesores de las facultades. En cambio, el gremio ratificó que continúa la huelga durante toda la semana en las 12 facultades.
Erbetta fue enfático ayer y sin medias tintas consideró que "no se puede hacer en pocos meses lo que debe efectuarse en varios", en relación a los días de clases perdidos. Pero incluso extendió su opinión al ámbito de las facultades: "Esto no sólo ocurre en las escuelas preuniversitarias, donde el tema es aún más duro, sino también en las facultades".
De este modo se refirió a la huelga de los docentes universitarios nucleados en Coad en contra del último ajuste propuesto por el gobierno nacional. Es que de hecho la actividad académica en la UNR quedó paralizada desde el fin del receso invernal.
Desde que comenzó el plan de lucha, tanto las autoridades universitarias como los estudiantes criticaron el ajuste, pero se diferenciaron del gremio en que las casas de estudios debían permanecer con actividad. La decisión sorpresiva del sindicato local de hacer un paro total durante esta semana (a nivel nacional se había votado una huelga por 48 horas), encendió el reclamo de los padres e incluso de los docentes de los colegios.
El rector Suárez debió escuchar ayer justamente a más de un centenar de padres del Politécnico y del Superior que le pidieron que interceda ante el peligro de que se pierda el año.
Los propios docentes de los dos institutos decidieron respetar sólo las 48 horas de paro, como definió el gremio a nivel nacional, por lo que hoy y mañana las clases se dictarán con normalidad. Reunidos en asamblea en el Politécnico, los profesores cuestionaron la medida que tomó la comisión directiva de la Coad.
"Por favor, haga algo"
Tanto los padres como las madres expusieron su angustia frente al rector, a veces con la voz quebrada y otras con verdadera exaltación. Algunos sugirieron alternativas de lucha en defensa de la educación y otros directamente pidieron sanciones para quienes no trabajen. Durante más de una hora Suárez, el secretario académico de la UNR, Alberto Petraca, y la directora del Superior, Gabriela Zamboni, escucharon las quejas y hasta gritos en contra de los docentes. "Por favor, haga algo, los chicos pierden el año", fue el clamor unánime.
Por primera vez en más de un mes, los padres de los alumnos de los colegios tomaron protagonismo e hicieron escuchar su voz en el conflicto. Durante el cuatrimestre que está en curso, los chicos tuvieron cuatro días de clases y hubo otros dos en los que si bien los profesores asistieron, se destinaron a asambleas.
En la reunión con el rector algunos pidieron que se descuenten los días no trabajados. "Así es muy fácil hacer paro; si a mí me pagan, hago seis meses de huelga", vociferó un padre e inmediatamente se plegaron otros que preguntaron: "Si nosotros no trabajamos, no nos pagan. ¿Por qué ellos tienen privilegios?".
Suárez explicó una y otra vez que no tiene injerencia en las decisiones gremiales, pero reiteró que "el mejor modo" de oponerse al ajuste es con las universidades y colegios abiertos. Respondió que "jamás" se descontó dinero a los profesores que se plegaron a los paros, y además explicó que la UNR se hizo cargo de abonar el trece por ciento que descontó la Nación con fondos propios.
En igual sintonía, los directores del Politécnico y del Superior, Raúl Arino y Gabriela Zamboni, rechazaron los recortes, pero advirtieron que las medidas de fuerza impactan diferente sobre los estudiantes universitarios que en los chicos de la escuela media.
Aunque el tono general fue de no confrontar con los profesores, después de la reunión unas diez personas concurrieron a la sede de la Coad, donde discutieron a viva voz. "Ya sabemos que con el gremio no se puede hablar", comentó un papá.