"Para mí, la selección es un punto de encuentro con amigos, con los que jugamos muchos torneos internacionales de categorías menores. Imaginate que con los que anoche (por el domingo) ganamos el Premundial compartí viajes y hasta dos meses de concentración en el Cenard para el Mundial Sub 21 de Australia". Esa fue la reflexión inicial que el pivote de Tau Cerámica Fabricio Oberto le hizo a Ovacion en el vuelo de ayer entre Neuquén y Córdoba. Oberto involucró sentimientos muy claros y profundos, de esos que aumentan la expectativa por el futuro del equipo argentino. Dejan la sensación de un espíritu de grupo muy fuerte, de una unión casi fraternal. "Jugar juntos nos pone muy bien y somos capaces de dejar cualquier cosa por volver a encontrarnos" agregó. Al referirse al equipo que obtuvo el derecho de participar el año próximo en el Mundial de Indianápolis, Oberto, a quien acompañaba su flamante esposa (ambos todavía en plena luna de miel), señaló: "Este grupo quiere hacer historia, provocar una inyección de furor de la cual saldremos todos beneficiados. Esperamos que la Argentina sea una potencia como Lituania, Croacia o Yugoslavia. Nuestro propósito ahora que llegamos al Mundial es estar lo más alto posible. Esto mismo lo deseo para los Juegos Olímpicos. No quiero que nos conformemos con un sexto u octavo lugar. Tenemos un gran equipo y no debemos ponernos techos ni límites. Repito, queremos hacer historia". El cordobés, que demuestra optimismo y sinceridad, siguió diciendo: "Por suerte creo que vamos por el buen camino y se nos están dando buenos resultados. Tengo mucha fe en este plantel que, por suerte, mezcla juventud con experiencia. Además nos rodea una buena organización, en la que todos estamos predispuestos a lograr lo mejor". Más adelante continuó: "Ojalá podamos dar el golpe y provocar un cambio en el concierto mundial para que la Argentina pronto sea una gran potencia. En eso estamos y esa es la meta". En el mismo avión regresaba de Neuquén Marcelo Milanesio, el tantas veces capitán de la selección nacional. Oberto hizo una pausa en el diálogo con Ovacion y, en pleno vuelo, se llegó hasta el asiento que ocupaba el base y le obsequió una de las camisetas con el número siete que utilizó en el campeonato, regalo que el todavía jugador de Atenas agradeció emocionado. Retornando a su butaca, Oberto se refirió al Premundial y continuó la conversación con este diario diciendo: "Este plantel, cuya mejor virtud fue la defender duramente, tuvo nombres pero no estrellas individuales, si no que todos tiramos para adelante para que la estrella fuera el equipo". Sobre el final, el jugador dijo: "Tampoco hay un líder, todos hablamos para aportar cosas, aunque quizá por edad y ascendencia Hugo Sconochini y yo podamos ocupar ese lugar".
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