Una nueva iglesia ortodoxa en la región rumana de Transilvania incluye entre sus íconos las imágenes de tres personalidades nada tradicionales: el Papa Juan Pablo II, el ex presidente de Estados Unidos George Bush, y el ex líder soviético Mijail Gorbachov. "A los tres debería de habérsele propuestos para su canonización por cambiar el curso de la historia, como fue el caso con Constantino el Grande, el primer emperador cristiano en convertirse en un santo famoso", argumenta Alexandru Coman, párroco de la población de Petresti.
"Yo quería que nuestra iglesia ilustrase a tres personalidades providenciales del pasado milenio", dijo Coman, de 53 años, cuya iglesia fue consagrada ayer. "Ellos hicieron un aporte crucial para demoler el flagelo rojo del comunismo", agregó.
Símbolos poderosos
Los tres rostros en un fresco en el interior del pórtico de la iglesia son símbolos poderosos para los rumanos, que aún se esfuerzan por desechar los efectos de medio siglo de un régimen comunista particularmente represivo, dijo Coman.
Inmediatamente debajo de la pintura, en la que Bush y Gorbachov aparecen mientras dirigen discursos y el Papa, una inspiración para los polacos a lo largo de la década de 1980, bendice a los fieles, está un breve texto. "Cuando el hombre gritó: «Paren el mundo, quiero bajarme», Dios intervino a través de estos tres hombres providenciales para cambiarlo", dice la leyenda.
Coman, quien ha predicado en Petresti desde 1973, explicó el significado del mensaje. "Simboliza los gritos desesperados de la gente que vivía bajo los comunistas, que eran incapaces de soportar más las mentiras y las penosas condiciones", dijo, agregando que las imágenes se copiaron de fotos encontradas en Internet y en un álbum de recuerdos papales. Los trabajos en la iglesia comenzaron en 1988, para satisfacer las necesidades de una creciente comunidad ortodoxa.