Por la villa, con una 9 milímetros y 50 balas

Detuvieron a dos jóvenes. Uno es menor y el otro es hermano del imputado por el crimen de un policía

Agentes de la seccional 30ª investigan el origen que puede tener una poderosa pistola Bersa calibre 9 milímetros de última generación secuestrada en poder de dos muchachos que se movilizaban en un ciclomotor por calles de la villa La Esperanza, en la zona norte de la ciudad. Fuentes policiales no descartaban ayer que ese artefacto haya sido utilizado en algún asalto e incluso en un homicidio por lo que iban a solicitar que sea peritado por la División Criminalística de la Unidad Regional II.
Uno de los apresados es menor de edad, en tanto su cómplice resultó ser hermano del único imputado en el asesinato a sangre fría del agente Alexis Salguero, quien el pasado 7 de julio fue ultimado de un balazo por la espalda en el Hospital Carrasco cuando dos hombres y una mujer lo sorprendieron mientras cuidaba a un detenido internado al que liberaron.
A la policía también le llamó la atención la cantidad de proyectiles que portaban los jóvenes al momento de ser interceptados por un móvil de la seccional. El arma tenía su cargador completo, es decir 12 balas, más uno alojado en la recámara. Además, uno de los ocupantes de la moto llevaba una caja de cartón con otras 49 balas, muchas de las cuales tenían la punta hueca y eran de fabricación extranjera. Las fuentes consultadas dijeron que esas municiones poseen un poder destructivo tan grande que son capaces de atravesar cualquier chaleco antibalas.
El procedimiento se produjo el sábado, poco después de las 22.30, durante un patrullaje de rutina por la villa La Esperanza y los detenidos fueron identificados como Mario Daniel Capanzi, de 25 años, y como acompañante iba un adolescente de 15 años.
El mayor detenido es hermano de Carlos Tuerto Capanzi, quien está preso e imputado de ser el autor material del disparo que terminó con la vida del cabo Alexis Salguero dentro del Hospital Carrasco.
"La policía provincial no posee ese tipo arma como reglamentaria", comentó un vocero, al descartar por el momento que haya sido robada a algún uniformado y para aclarar que las 9 milímetros convencionales utilizadas por la policía no tienen semejante poder de impacto.
El juez de instrucción en turno, Carlos Carbone, ordenó a las secciones Criminalística y Balística de la policía una serie de pericias para determinar si la Bersa fue utilizada en algún crimen. También dispuso un rastreo con los registros nacionales y provinciales de armas, ya que la pistola contaba con sus números de identificación intactos.