Año CXXXIV
 Nº 49.220
Rosario,
domingo  26 de
agosto de 2001
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Algunas partes, como el paragolpes, fueron hechas a mano
Ekis, la historia del automóvil que fue fabricado en Carcarañá
El coche, construido a fines de la década del 50, era un vehículo pequeño, familiar y de bajo costo

Walter Gasparetti

Carcarañá. - La historia del país está plagada de desaciertos y de proyectos ambiciosos y superadores que, a pesar de haber quedado truncos, abrazaron el conocimiento y la pasión. Es probable que el proyecto Ekis, un automóvil fabricado en Carcarañá a fines de la década del 50, constituya un párrafo más de las innumerables razones que hoy dividen a los países desarrollados de los que no lo son.
La fabricación de tres unidades por parte de una empresa local que intentó imponer una marca en el mercado nacional, forma parte de lo más destacado de la historia de esta ciudad, pero también del automovilismo argentino, porque se trató de un proyecto singular que careció del apoyo suficiente para seguir en la línea de desarrollo que había alcanzado.

Sin competencia
A fines de la década del 50, los propietarios de la empresa Koller y algunos miembros del directorio, conformaron una firma independiente, que se abocó desde su origen a la fabricación de un auto pequeño, de tipo familiar y de bajo costo que, en ese entonces, no tenía competencia en el contexto de los automóviles que ingresaban al país.
Primero en los planos, pero luego cobrando vida en la realidad, nació el pintoresco auto Ekis, un automóvil nacional de dos puertas basado en la línea americana moderna. El primer prototipo, que tenía motor Warvurd, alemán, de tres cilindros y dos tiempos, igual que el DKW, fue terminado en el año 1959.
La pasión por crecer y seguir creando automóviles llevó a esta empresa, un año después, a enviar técnicos a Inglaterra para perfeccionar el diseño del vehículo. Pero al poco tiempo y frente a la falta de apoyo crediticio, la empresa comenzó a tener dificultades económicas. En 1962 paralizó la producción y suspendió los empleados de dos turnos.
La historia del automóvil Ekis fue rescatada recientemente por el Museo de la Ciudad a través de una muestra que presentó fotografías de los vehículos terminados y los planos originales que estaban en el viejo taller. La exposición fue visitada por La Capital. En ese marco pudo dialogar con quienes fueron mecánicos y usuarios del vehículo.

Vivencias de un mecánico
"Recuerdo la cara de asombro de la gente cuando el automóvil se presentó en Buenos Aires en la galería 17 de Octubre. Se hicieron tres modelos, de los cuales solamente dos estaban totalmente terminados. Era muy atractivo para la gente y la noche de presentación fue un éxito total", contó uno de los mecánicos de la desaparecida empresa, Roberto Merindol.
La muestra -que se puede visitar en estos días, además de las herramientas de la peluquería Chingo y trabajos artísticos de Marcelo Castaño, Rubén Porta y Guillermo Forchino- consta de planos, fotografías, y hasta el logotipo del auto Ekis, además de una rigurosa sinopsis de su historia, que los propios integrantes del museo se esmeraron en obtener.
La historia del auto está ligada con Alberto José Koller, un santafesino de nacimiento que viajó a Suiza a los 6 años para cursar la escuela primaria. A los 14 años, debido a la guerra, regresó con su familia al país y se radicó en Buenos Aires donde se recibió de oficial tornero a los 20 años.
En el año 1944 se asoció a José Héller y fundaron Koller y Héller SRL para comenzar a fabricar muebles de acero. Catorce años después fundaron la empresa Ekis (Establecimiento Koller Industria Santafesina SA), e inmediatamente comenzó a fabricar la matricería para hacer automóviles.
"Muchos detalles fueron terminados a último momento, e incluso notábamos algunas imperfecciones que había que corregir, como la ubicación de la rueda auxiliar. Para dar una idea, los paragolpes fueron hechos a mano para terminar el modelo y poderlo presentar", recordó Merindol.
La Capital pudo entrevistar, en la muestra habilitada, a un conductor del auto Ekis que curiosamente estaba en el lugar. Se trata de Mario Laus, padre de un funcionario municipal en actividad, quien contó que utilizó el Ekis durante dos años, e hizo viajes a Tostado y Mar del Plata.

A 140 kilómetros por hora
"Viajaba a 140 kilómetros por hora y era un auto muy vistoso que a todos llamaba la atención. El primer modelo lo adquirió un tornero de la empresa y el segundo lo compré yo. Jamás tuvo problemas y a los 2 años lo cambié por un Fiat 600 en Cañada de Gómez", contó Laus.
"Recuerdo que la esposa del comprador, un telegrafista que trabajaba en la policía de esa ciudad, me dijo que el auto era muy lujoso y no estaba a su alcance presupuestario. El valor del coche representaba la mitad de un Fiat 600 nuevo", acotó.
"Se hicieron grandes debates porque muchos me aconsejaron que tenía que haber comprado un Ford modelo 38, y otros decían que me convenía el auto Ekis porque se trataba de un cero kilómetro", explicó Laus, después de reconocer que tenía algunos problemas de terminación.



La empresa Koller fabricó tres unidades para demostración.
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