Año CXXXIV
 Nº 49.220
Rosario,
domingo  26 de
agosto de 2001
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Central no tuvo ideas y perdió con Argentinos 1 a 0

Javier Parenti

El secreto es saber encontrar la fórmula para poder sacar la diferencia. Elegir la más apropiada y no equivocarse es la cuestión. Los márgenes de error son limitados y la posibilidad de reacción no siempre aparece. En este punto falló Central y, por lógica, se volvió con las manos vacías y con una mueca de amargura tras la derrota ante un Argentinos Juniors que no le sacó demasiadas ventajas sino que lo superó porque logró descifrar la fórmula de la victoria y no olvidó ningún paso para protejerla, para que no se la robaran.
Un descuido canalla bastó para que el Bicho picara fuerte. La claridad para leer el partido que exhibió Federico Insúa fue la clave y su cabeza también sirvió para que la diferencia se refleje a favor de Argentinos en la definición.
Central lo había dejado sin marcas desde el arranque de las acciones, algo que corrigió con el correr de los minutos. Y al controlarlo le alcanzó para establecer una paridad que sólo podía quebrarse en un descuido. Y los dirigidos por Jota Jota lo tuvieron cuando al partido sólo le quedaban quince minutos. Con poco margen para reestablecerse, con escaso fútbol asociado y de pelota al pie para hacerlo posible.
A este Central del Negro López le faltan sociedades ofensivas y por eso le cuesta encontrar caminos seguros hacia el arco rival. Pablo Sánchez está muy solo en la creación, a Pizzi no le llegan pelotas limpias para que pueda dar su estocada de gol, a Arias le falta final y experiencia de titular y las ganas de Erroz para cumplir una función más ofensiva no le alcanzan. Ni las proyecciones constantes de Rivarola y la fuerza de Vespa por los carriles tuvieron éxito.
Entonces Argentinos aprovechó para hacer su juego. Insúa manejaba, Herrón se adueñaba del mediocampo y Cristián García se hacía impasable atrás. Pero tampoco tenía respuesta en sus delanteros. Recién en la parte final y con el ingreso de Cordone la encontró.
Y el gol de Insúa golpeó muy duro a Central. Tanto que lo desarmó hasta el punto de que Tombolini tuvo que aparecer con todos sus reflejos para evitar más goles en los últimos cinco minutos.
El desafío del primer encuentro de visitante de los auriazules dejó saldo negativo. Pero aún tienen tiempo de recuperación, el torneo recién empieza y el trabajo de armado de la nueva estructura necesita de tranquilidad, confianza y tiempo. Central debe creer y querer. Ante Lanús ganó en la última pelota y anoche perdió porque Argentinos fue más bicho para encontrar la fórmula del triunfo.



Erroz intenta dejar en el camino a un defensor rival.
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