Año CXXXIV
 Nº 49.220
Rosario,
domingo  26 de
agosto de 2001
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El ex jugador visitó Rosario y mantuvo un mano a mano con Ovacion, en el que habló de todos los temas
Enzo Francescoli: Confesiones de un Príncipe

Mauricio Tallone

En el ejercicio de la evocación siempre se corre el riesgo de transitar el irresistible camino de la idealización. Es imposible entonces remitirse a un jugador inigualable sin caer en la tentación de la desmesura, en la franqueza de la hipérbole y en la impunidad que, precisamente, admite esa condición de elegido. Pero, en este caso, separada la hojarasca de las exageraciones, la lectura acepta un mismo lugar: Enzo Francescoli fue un jugador fenomenal, y a pesar de que la gloria del pasado hoy parece encerrada en el tono sepia de una revista, las confesiones del Príncipe siguen siendo un sendero ineludible a la hora de hablar del presente que atraviesa River.
Sólo hace falta escucharlo para saber que detrás de esa cordialidad neutra, casi de cancillería, se esconde un rebusque elegante para combatir esos largos momentos lejos de una cancha. Quizás por eso, el Enzo se muestre algo distante, aunque no haya en su horizonte ningún asomo de soberbia. En el fondo sigue siendo el tímido irreductible, a quien la fama todavía le queda como un traje demasiado incómodo.
Convocado por el Banco Société Générale Argentina, Francescoli visitó Rosario y aceptó gustoso un mano a mano con Ovacion sin restricciones, transgrediendo, incluso, el límite de tiempo preestablecido por la asesora de prensa, que hizo posible el contacto exclusivo después de la conferencia que el ídolo brindó para los medios de la ciudad.
-Acudiendo a tu experiencia en River, ¿este era el momento indicado para que Ramón Díaz se hiciera cargo del equipo?
-Sí, porque tenía la aprobación de la gente. Había dos nombres que podían hacerse cargo del equipo en un año político como el que vive River, uno era Ramón y el otro Passarella. Pero como el común de la gente tiene más presente el ciclo de Ramón, creo que fue una decisión acertada por parte de los dirigentes contratarlo nuevamente. Además no hay que perder de vista que en un club tan político como River, la asunción de Ramón es una buena causa para calmar las aguas.
-No parece. A menos de dos meses de haber asumido, Ramón casi ni se habla con los dirigentes.
-Sí, pero eso tiene que ver con lo que te dije antes. Es complicado mantener la calma en un año político, hasta que no pasen las elecciones las disputas internas no se van a terminar.
-¿Ramón llegó a ser nuevamente técnico de River por una jugada política de los dirigentes?
-No, llegó porque hizo méritos para ser técnico de River. Aunque eso no quita que políticamente era la mejor elección que tenían los dirigentes.
-¿Cómo se entiende que la misma comisión directiva que hace un año y medio lo había echado sin miramientos lo haya ido a buscar casi como un salvador?
-La verdad, no estoy muy interiorizado de cómo se fue ni de cómo regresó Ramón al club. Lo que sí puedo decirte es que en el fútbol los resultados son los que mandan, y como el equipo no logró ningún título en el último año, era lógico que los dirigentes fueran a buscar al hombre que les había dado más títulos al club en los últimos años. Creo que la elección de Ramón también hay que entenderla por el lado de lo deportivo, no caben dudas de que es un hombre identificado con el club y que ha dado muestras suficientes para dirigir a River.
-Teniendo en cuenta de que siempre se dijo que vos eras el técnico de aquel equipo que ganó todo, ¿creés que con este plantel sin jugadores de la talla de Francescoli, Salas y Sorín, por citar algunos ejemplos, Ramón podrá reeditar aquellos éxitos?
-Sí, ¿por qué no? River tiene un gran plantel. Además siempre aparecen jugadores, fijate que en su momento se fue Gallardo y surgió Aimar, y que ante la venta de Saviola y Pablo, apareció el pibe D'Alessandro. Tiene jugadores que no sólo son reconocidos a nivel local sino en el plano internacional como los casos de Ayala, Yepes, Ortega y Astrada. Por eso no me imagino a este plantel de River sin ganar un campeonato.
-¿Es cierto que no aceptaste la función de manager porque el técnico elegido era Ramón?
-No, para nada. Eso no tuvo nada que ver con mi decisión. No quise agarrar ninguna función porque es un año político y no estaban dadas las condiciones para armar ningún proyecto a largo plazo. Es difícil estar en una función en este momento porque no se sabe quién va a ganar las elecciones en diciembre y cómo se va a manejar el club con el nuevo presidente. No tenía sentido desempeñarme como manager sólo por algunos meses. Además por el momento político que vive River es preferible estar al margen.
-Teniendo en cuenta tu mala relación con Hugo Santilli, ¿estarías dispuesto a darle una mano a River con él como presidente?
-Todavía Santilli no es el presidente, hay que esperar las elecciones. Ya dije que no quiero meterme en el manoseo que genera la política, sólo me importa River y su gente. Además hay que esperar quién gana las elecciones y si el nuevo presidente está dispuesto a que yo forme parte de un proyecto del club.
-¿Cuándo se va a terminar la guerra verbal y mediática que mantienen los dirigentes de River?
-Lo que pasa es que los años políticos son complicados. River siempre ha sido un club muy político y este año no es la excepción. Sobre todo cuando en la última temporada no se lograron los resultados esperados y el que se quedó con los logros fue nada menos que Boca. Si River obtiene algún título en lo que resta del año los ánimos se van a calmar bastante.
-¿Los títulos que consiguió Boca bajo el ciclo de Bianchi hizo que River transite por uno de los peores años futbolísticos de los últimos tiempos?
-No creo que la situación sea tan grave. Si bien a cualquier hincha de River le dolió que Boca haya ganado tantos títulos a nivel internacional en los últimos años, no nos olvidemos de que hace sólo un par de temporadas que River ganó la Libertadores y la Supercopa. Creo que el club ya pasó por circunstancias peores como cuando estuvo 18 años sin salir campeón. Además los campeonatos de hoy son más irregulares y es difícil encontrar a un equipo que marque la diferencia como lo hizo aquel del 96 y 97. Lo que pasa es que este año justo coincidió que River no ganó nada y Boca se consagró bicampeón de América y ganó la Copa Intercontinental.
-¿Te molestó la manera en que destituyeron al Tolo Gallego?
-Sí, lo hablé con el Tolo y él sabe mejor que nadie que en River cuando no se logran resultados esperados el fusible siempre es el entrenador. Igualmente me molestó la forma en que se tuvo que ir un hombre que le dio tanto a River como técnico y jugador. La sensación que me quedó es que el Tolo se fue como un técnico de frustraciones, cuando en realidad ha sido uno de los técnicos más ganadores del club.
-¿No creés que los hinchas lo condenaron por los partidos que perdió ante Boca?
-Sin dudas que cuando a Boca le va bien eso repercute en forma negativa en todo lo que pasa en River.
-¿Cómo se entiende que River sea uno de los clubes más endeudados del fútbol argentino con todos los jugadores que vendió en los últimos años?
-Ese es un tema de números que hay que estar bien adentro del club para hablar con propiedad. Aunque no debemos perder de vista que si bien River es uno de los clubes que más vendió también es una de las instituciones que más presupuesto maneja.



Para el Enzo, es entendible la calentura de los millonarios.
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