Es cierto que en los boliches se superan los 80 decibeles, ahora el máximo permitido por el Concejo. Pero este volumen no sólo se registra en las confiterías, sino en la mayoría de los espacios cerrados, y también en algunos abiertos. El director del Laboratorio de Acústica y Electroacústica de la UNR, Federico Miyara, enumeró algunos lugares donde se traspasa el nivel de sonido estipulado para los locales bailables. En un bar o un restaurante los decibeles están cerca de los 80, y según Miyara tiene que ver con el volumen de las conversaciones y de la mala acústica del lugar. Aumentan aún más cuando hay música fuerte, y esto se produce generalmente en los pubs o bares nocturnos. Tanto en el cine como en la cancha los niveles pueden alcanzar los 95 decibeles, mientras que en el pasillo de una facultad se acercan a los 75.
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