Raúl Castro hizo una síntesis histórica del movimiento murguero uruguayo. El registro comienza en 1906 y tiene elementos curiosos, pero coherentes con los antecedentes ibéricos que mencionó el fundador de Falta y Resto, como la chirigota y los coros españoles de Cádiz. "A finales del siglo XIX -relató- hay algunos intentos. Pero oficialmente, en los libros, se menciona a una compañía española de zarzuela que había tenido una muy mala temporada en Montevideo. Como no tenían plata para los pasajes de regreso, improvisaron un espectáculo al aire libre con versos subidos de tono, al estilo de lo que hacían en Cádiz. Creo que ese fue el disparador oficial de la murga". La primera murga formada sólo por uruguayos fue Los amantes al engrudo, el pero el movimiento tuvo en los años 20 un renovador llamado Pepino: "Este hombre hizo casi 50 años de carnaval. El fue quien más hizo por la murga, a la que le incorporó bombo, platillo y redoblante como sus elementos fundamentales". Después aparecieron Pianito Castro y Cachela, y los grupos emblemáticos como Asaltantes con patente, Araca la cana, Los patos cabreros y Los saltimbanquis. Durante la posguerra, en la década del 50, la murga tuvo su apogeo: "Era un país floreciente, había un tablado en cada barrio, la gente salía a divertirse. En los 60, cuando comienza la crisis, se politiza y pasa a ser arma, escudo y espada del pueblo", comentó Castro. De esa época sobresale La soberana: "Tuvo una presencia trascendente y fue prohibida durante la dictadura, pero los murgueros siguieron ingeniándose para decir cosas que la gente no podía escuchar en otro lado. Es el momento de la resistencia y ahí se ponen el pantalón largo en la consideración popular", dijo. Castro añadió que luego de eso, "músicos como Los Olimareños, Jose Carbajal, Alfredo Zitarrosa o Jaime Roos toman elementos de la murga, se genera lo que se llamó la murga canción y traspasa los límites del carnaval para mezclarse con los otros géneros de la música uruguaya, que hoy está en uno de los primeros lugares de la música popular". También el candombe, "un ritmo salado y uruguayo" -según lo definió Castro- fue una importante influencia en los percusionistas y en el desarrollo de la música uruguaya.
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