Año CXXXIV
 Nº 49.217
Rosario,
jueves  23 de
agosto de 2001
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"El camión circulaba sin las luces encendidas"
Lo dijo uno de los socios gerentes de El Norte Bis. El chofer sobreviviente dice no recordar el detalle

Poco después de las 6 del martes, Elvio Rubén Bolaño dormía detrás del asiento del conductor del micro de El Norte Bis cuando un tremendo impacto lo estremeció y lo tiró hacia atrás. Cuando el chofer logró levantarse debajo de los asientos, el micro estaba clavado en una zanja de más de dos metros de profundidad y las llamas ya invadían el interior del colectivo. "Después que sentí un golpe fuerte vi que el coche se iba sin control para el otro lado sin detenerse mientras escuchaba los gritos desesperados de los pasajeros", explicó en el sanatorio Británico, donde se encuentra internado.
Bolaño no puede precisar cómo se produjo el choque porque dormía profundamente cuando el interno 23 de la empresa El Norte Bis impactó al acoplado de un camión Ford cargado con 28 toneladas de sorgo. "No sé si el camión tenía las luces encendidas". Tampoco pudo decir a qué velocidad se desplazaba el micro en el momento del siniestro, aunque en la autopista la velocidad permitida es de 100 kilómetros por hora.
Por su parte, Juan Moscato, uno de los socios gerentes de El Norte Bis, brindó su versión acerca de cómo se podría haber desencadenado el accidente. "Las causas no las puedo determinar con precisión, pero presumo que el chofer no vio al camión porque no tenía las luces encendidas", dijo.
Enseguida el colectivo ardió en llamas. "Todo ocurrió rápidamente y el fuego era impresionante cuando el colectivo se incrustó en el zanjón. Las llamas se me venían encima y en ese momento me caí. Me quise levantar para ayudar a los pasajeros, pero me caí de nuevo".
Entonces cuando a se sentía "sin fuerzas" para incorporarse porque tenía el brazo izquierdo quebrado, Bolaño apeló en forma instintiva al último recurso que le quedaba para salvar su vida: rompió con un golpe de puño el cristal de una ventanilla y salió del coche. "Le pegué una trompada a los vidrios y me tiré de cabeza". Pero el calvario de Bolaño no terminó allí. "Me salvé porque me revolqué por la zanja dando vueltas hasta que me alejé del colectivo", explicó.
En el momento del accidente, Bolaño estaba descansando luego de haber conducido el micro hasta la mitad de la autopista Rosario-Santa Fe. "Nos rotábamos en el manejo (del coche) cada dos horas y en San Nicolás (la terminal de colectivos) yo volvía a manejar hasta Buenos Aires".


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