El detenido ex capitán naval Jorge Tigre Acosta, quien ya había declarado ante la Justicia que intentó "humanizar la represión" ilegal por su condición de "católico", afirmó ayer frente al juez federal Claudio Bonadío que durante la última dictadura "lo único que hice fue combatir en la guerra contra el terrorismo". Acosta, de 59 años, se definió como "víctima de una ingeniería política y judicial" para luego negarse a responder el cuestionario elaborado por Bonadío y el fiscal Carlos Rívolo, quienes investigan la presunta apropiación de inmuebles, dinero, campos y caballos que pertenecían a los empresarios Horacio Palma y Victorio Cerruti, y al abogado Conrado Gómez. Secuestrados en operativos separados realizados por el aparato represivo los días 10 y 11 de enero de 1977, Palma, Cerruti y Gómez fueron prisioneros de la Escuela de Mecánica de la Armada (Esma), donde fueron vistos por última vez con vida. Desde entonces integran la extensa nómina de desaparecidos. Acosta, quien cumple prisión preventiva y será sometido a juicio oral por el robo sistemático de niños nacidos en la maternidad clandestina de la Esma, fue trasladado a las 7 a los Tribunales federales y, pasadas las 12.30, regresó a su lugar de detención en Campo de Mayo. Por la tarde, el juez y el fiscal tomaron declaración al ex capitán de corbeta Francis Whamond y al escribano Alejandro Dárdano, quien se entregó el martes en los Tribunales federales tras haber permanecido prófugo (ver aparte). Según fuentes judiciales, Whamond realizó una breve exposición ante el juez, pero luego se negó a contestar preguntas puntuales del tribunal. Durante esa "breve exposición" (como la definieron las fuentes) Whamond negó "categóricamente" haber pertenecido a grupos de tareas que actuaron en la represión ilegal durante la pasada dictadura. Aseguró haberse desempeñado como "docente desde 1973 hasta 1978" y que "daba clases en la Escuela de Mecánica de la Armada (Esma)". Bonadío espera ahora a que el Cuerpo Médico Forense autorice la indagatoria al ex jefe de la Armada Emilio Massera, quien, al igual que Acosta, se encuentra bajo arresto preventivo por el robo de bebés. Sucede que Massera, de más de 70 años, padece problemas de salud que forzaron al juez a aplazar el interrogatorio. Además de Massera, Acosta, Whamond y el notario Dárdano, en el caso afrontan cargos los ex marinos Jorge Rádice y Juan Carlos Rolón y la actual jueza Emilia García, quien se desempeñaba como escribana en la dictadura y habría participado de la transferencia fraudulenta de bienes de desaparecidos a sus propios victimarios. García está protegida por la inmunidad procesal que le confiere su condición de jueza, pero su colega Bonadío ya promovió un juicio político en su contra para someterla a proceso penal. Acosta, en tanto, podría sumar un nuevo procesamiento en su contra tras haber sido beneficiado en los 80 por las leyes del perdón. Ex jefe de Inteligencia del grupo 3.3.2 de la Esma dijo en 1998 que "nadie se quejó de permanecer" en ese campo de concentración, y juró que trató de "humanizar" la siniestra represión por ser un hombre "católico" que incluso, aseveró, compartía comidas con sus prisioneros en el restaurante El Globo. Varios jueces y decenas de sobrevivientes, empero, le atribuyen responsabilidad en delitos de lesa humanidad cometidos durante la dictadura.
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