El ejército colombiano informó que continúa la ofensiva iniciada el 14 de agosto en contra de una columna de 2.200 guerrilleros de las Farc, que ya dejó más de un centenar de víctimas rebeldes, y que los insurgentes se encuentran cercados y sin víveres. "Les quitamos la mayoría de los víveres que tenían, ya no tienen abastecimientos, están huyendo y muchos de ellos se están entregando a las tropas", declaró ayer el comandante de las fuerzas militares colombianas, general Fernando Tapias. "Los guerrilleros tienen que entender que el ofrecer una amplia política de paz no es signo de debilidad y que es mejor aceptar una solución política negociada a tratar de imponer por la fuerza el terror", agregó Tapias. Por su parte, el presidente colombiano, Andrés Pastrana, señaló que el proceso de paz sigue vivo, pero que la ofensiva militar en el Guaviare "subraya la necesidad de decirle a la insurgencia que es mejor resolver el conflicto por medio de la negociación".
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