Año CXXXIV
 Nº 49.214
Rosario,
lunes  20 de
agosto de 2001
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Rusia recordó el fallido golpe que selló el destino de la URSS
Tanto el presidente Vladimir Putin como su antecesor Boris Yeltsin no hicieron comentarios sobre la fecha

Moscú. - Los rusos recordaron ayer el fallido golpe de Estado de hace 10 años que hirió de muerte a la Unión Soviética, con un poco de pena por las pasiones democráticas que presentaron resistencia a los conspiradores, mientras que otros maldijeron las penalidades que la libertad ha traído. El presidente ruso Vladimir Putin extrañamente no formuló comentario alguno por la fecha. Su predecesor Boris Yeltsin, quien fue acusado de traicionar los ideales democráticos que lo llevaron al poder, tampoco habló.
Rusia aún trata de entender lo sucedido tras la muerte del régimen soviético, y las diversas reacciones ante ese hecho reflejan las ambigüedades sobre las repercusiones positivas o negativas del colapso de la Unión Soviética. "Las autoridades ignoraron una celebración que debería ser una fiesta nacional", expresó Sergei Yevdokimov, mayor retirado del ejército, cuyo batallón de tanques fue la primera unidad militar que se volvió contra los conspiradores y se unió a la oposición.
El legado del golpe fallido fue un mundo distinto, sin Guerra Fría, con menos temor de una confrontación nuclear y sin el experimento comunista internacional que se prolongó siete décadas. Sin embargo, un día que en algunos países se hubiese celebrado con una gran fiesta, atrajo a sólo unos cientos de personas ayer a la sede del Parlamento, llamado Casa Blanca, en el centro de Moscú, para recordar aquellos días de agosto de 1991.
Entonces, decenas de miles se unieron contra un intento de derrocar al presidente Mijaíl Gorbachov. Algunos acusaron a Putin, quien fue agente de la KGB, de tratar de restaurar los controles autoritarios al estilo soviético. "No es sorprendente que el Kremlin no tome parte en la celebración", expresó Sergei Yushenkov, abogado liberal independiente. "El régimen que tenemos ahora es el de restauración del golpe. No debemos permitir que los servicios secretos tomen el control del país".
Yushenkov es parte de una pequeña minoría de rusos muy respetados que desconfían profundamente de Putin. Sin embargo, la mayoría de los rusos, incluido Gorbachov, ven con buenos ojos los esfuerzos de Putin para restablecer el orden tras los años tumultuosos y plagados por la corrupción del gobierno de Yeltsin.



Miles de rusos recordaron el día del frustrado golpe.
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