Año CXXXIV
 Nº 49.212
Rosario,
sábado  18 de
agosto de 2001
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Desde Tucumán a Bahía Blanca

Con un distanciamiento de 300 kilómetros entre los campos seleccionados para los ensayos, se logró alcanzar la diferencia de latitud buscada para observar comportamientos en soja.
El programa comenzó en octubre del 2000, con las primeras siembras hechas entre el 15 y 20 de ese mes. Así, en la continuidad cada 30 días se fue generando una nueve fecha de siembra con variedades que iban del 2.5 al grupo 7.
Como resultado, se comprobó con una forma muy práctica como se conforma cada genotipo en las distintas fechas de siembra.
Un ejemplo de comprobación de resultados se dio al comienzo de la siembra con un grupo 2.8 en el mes de octubre. El saldo fue una planta muy chica, con 8 ó 9 nudos por planta, donde por encontrarse en el período de menor crecimiento para la variedad generó un manejo equivocado, y en definitiva una resistencia a la productividad del lote.
En este caso, un grupo 5 ó 6, sería el ejemplo para permitir que la variedad tenga un porte considerable, no vuelque y logre entre 14 ó 15 nudos por plantas sumado a los máximos beneficios.
Al mismo tiempo, los ensayos demostraron que a medida el período de siembra se va extendiendo hacia noviembre o diciembre, se deben ir modificando los grupos de madurez porque todas las variedades entre el 10 al 20 noviembre, manifiestan su mayor altura para lo que es su genotipo.
Esto significa que para los grupos 5 o 6 no es la mejor fecha porque vuelcan, generan enfermedades y pérdidas de rendimientos ocasionadas por las mismas.
Otro dato de los evaluadores de comportamiento fenológico, refleja que los más adecuado para mediados de noviembre es utilizar grupos de madurez más cortos, como el 3.8 ó 3.9 que para esa fecha de siembra logran una altura adecuada.
La red de ensayos de Aapresid ha determinado que cada grupo de madurez se manifiesta de una forma diferencial, de acuerdo a la fecha de siembra y latitud en que se realice o desarrolle una campaña.
Como concepto, un principio fundamental para cada productor técnico, que debería tener en cuenta para su establecimiento la generación de ensayos sencillos donde se destinen -aunque sean dos surcos por variedad- para sembrar sojas de grupos 2, 3, 4, 5, 6 y 7, las cuales ubicadas en diversas fechas de siembra le permitirán ver el porte y desarrollo de cada una; y así optimizar el abanico de variedades enfocándolo hacia la máxima productividad.


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