Jorge Salum
No se puede negar que Juan Carlos Bustos es un tipo original a la hora de defenderse de las acusaciones que lo sindican como un pesado del fútbol. Para Chapero, jefe de un sector de la barra brava de Rosario Central, el apriete a los dirigentes del club para que les entreguen dinero y entradas no es más que un invento de la prensa. "Se ve que necesitan vender", dice y da por supuesto que todo el mundo va a creerle. En esta entrevista con Ovacion se define como un simple y pacífico personaje del fútbol, afirma que vive de su taller de chapería y pintura y rescata al presidente Víctor Vesco "a pesar de sus años". -¿Usted le pide plata a los dirigentes de Central? -No, si ellos me dieran plata yo no tendría que trabajar todos los días hasta las diez de la noche en mi taller de chapería y pintura. A mi no me sobra trabajo pero tampoco me falta, y con eso me alcanza para vivir. -¿Nunca se llevó dinero del club, ni siquiera para viajar a los partidos de visitante? -Gracias a Dios nunca lo necesité. Lo que hacía falta para viajar salió de mi bolsillo, me lo gané con el sudor de mi frente. -¿Los directivos nunca colaboraron voluntariamente? -Conmigo no, y nunca les pedí. -¿Tiene una relación estrecha con algún directivo, con Vesco por ejemplo? -Tengo relación con mucha gente porque hace 39 años que estoy en el club. Crecí en Central y me conocen todos. Puedo hablar de muchas cosas, de la cancha vieja, de la pizza popular, de la tribuna exclusiva para las mujeres. -Ahora las mujeres no van más porque existen usted, los chaperitos, los Pillines y tantos otros. -Pero si yo soy un galán. A mi tribuna van muchas mujeres. -Dicen que usted es un hombre violento. -Todo lo contrario, soy tranquilo y cuando voy a la cancha recibo mucho afecto. La gente se me arrima porque soy un personaje del club, los padres traen a los chicos para que conozcan al Chapero. -También dicen que siempre anda armado. -No, nunca usé un arma. Como siempre digo, mi única arma es la bandera de Central. -¿Apretó a técnicos y jugadores para que le entregaran dinero? -Jamás, siempre tuve buenas relaciones con ellos, compartí prácticas y asados, me regalaron camisetas y pantaloncitos, pero de plata nunca hablamos. -¿Por qué cree que los dirigentes denuncian que los aprieta? -¿Quién dice eso? Eso es una fábula. -¿Una fábula de quién? -De los diarios y la televisión. Se ve que necesitan vender. -¿Está diciendo que la prensa lo inventa? -Y... Cuando los directivos vienen a los tribunales dicen que nadie los apretó, por eso para mi es todo un invento. -¿Qué piensa como socio de la comisión directiva? ¿Sabe que Central debe mucho dinero? -Todos debemos dinero, yo también debo, pero a Central lo veo bien, con un presidente que tiene mucha fuerza a pesar de los años que tiene. Central está como yo. -¿Y usted cómo está? -Fijate, estoy como un pibe de 20. Así está Central.
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