El vestuario de la obra fue realizado con telas importadas. El detalle no es menor a la luz de una anécdota que relató Pelacani. "Un modisto rosarino dudaba sobre la calidad de los géneros utilizados en el vestuario de una obra. Cuando los personajes pasaron junto a él, disimuladamente estiró la mano y palpó la tela. Sólo así se convenció", remató.
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