Una adolescente brasileña de 16 años denunció que fue mantenida virtualmente encarcelada en un chalé de la localidad de Funes, en donde fue obligada a mantener relaciones sexuales por un hombre que la trajo al país bajo engaños desde la isla de Florianópolis. La policía investiga el caso como una presunta privación ilegítima de la libertad con instigación al ejercicio de la prostitución y ya detuvo a un hombre de 33 años como presunto autor de ese delito. El caso es tramitado bajo tres instancias jurídicas: los Juzgados de Menores en turno y de Instrucción de la 8ª Nominación y la Dirección de Migraciones.
Susana -tal sería el nombre de la joven- habría ingresado al país por uno de los pasos fronterizos en forma irregular, ya que no cuenta con documentación. Según trascendió de la denuncia radicada en la seccional 23ª de Funes, la chica es oriunda de Florianópolis, en el estado sureño de Santa Catarina. En esa zona turística, muy visitada cada verano por millares de argentinos, la chica conoció a dos hombres que provenían de Rosario.
La historia de Susana en Argentina presenta puntos poco claros. Según fuentes policiales, se inició a partir de una relación sentimental que comenzó con uno de los rosarinos que veraneaban en Florianópolis. Fuentes de la investigación contaron que Ariel Oscar Pasano le propuso a la chica viajar a Rosario y pasar un tiempo juntos. Al parecer, la menor afrontaba una tensa relación familiar y le habría expresado a su pareja su intención de separarse de su familia durante un tiempo.
Cruce ilegal
Por eso la chica aceptó la propuesta de su novio. Así llegaron en automóvil hasta la frontera. Las fuentes consultadas no pudieron precisar por cuál de los puestos de Gendarmería pasaron, pero confirmaron que se trató de un ingreso ilegal, ya que la menor pasó escondida en la parte trasera del coche, tapada con equipaje.
La pareja llegó hasta la localidad de Funes, más precisamente a una casa de fin de semana, que sería propiedad de Pasano. Un vocero de la seccional 23ª consignó que la vivienda se encuentra ubicada en Bariloche y Copacabana, en la zona residencial de esa ciudad. Todo se habría desarrollado en forma normal hasta que, según allegados a la causa, la menor intentó regresar a su país. No obstante, la muchacha contó que en algunas oportunidades su novio solía golpearla. "Contó que a veces se ponía nervioso y la maltrataba", dijo un portavoz.
Fue entonces cuando el hombre no le permitió volver a Brasil y comenzó a sufrir un verdadero calvario. De acuerdo al testimonio de Susana, en esa vivienda sufrió un régimen casi carcelario, encerrada en una habitación que tenía baño, pero de la cual no podía salir. "Es más, le pasaban la comida por una ventana", señaló un vocero de la investigación.
La chica fue forzada a tener relaciones sexuales no sólo con su novio sino también con otros hombres a cambio de dinero. "La menor estaba a disposición del dueño de casa. Cuando al hombre se le antojaba, la sometía sexualmente y si no la entregaba", comentó un allegado a la causa. Susana permaneció en esa insólita y triste situación durante varios meses hasta que hace un mes logró escapar de la casa, rompiendo una ventana. Según la versión de la policía de Funes, la chica deambuló sola hasta que recaló en una vivienda pequeña de Gustavo Cochet y Montevideo, cerca del centro de la localidad.
La policía la encontró allí por una llamada telefónica anónima en la seccional 23ª, en la cual se denunciaba que en esa casa se desarrollaban actividades prostibularias. Allí Susana contó que había sido traída con engaños a la Argentina y que era obligada a prostituirse.