Año CXXXIV
 Nº 49.210
Rosario,
jueves  16 de
agosto de 2001
Min 10
Máx 14
 
La Ciudad
La Región
Política
Economía
Opinión
El País
Sociedad
El Mundo
Policiales
Escenario
Ovación
Suplementos
Servicios
Archivo
La Empresa
Portada


Desarrollado por Soluciones Punto Com






Denuncian que un centro de jubilados estafó a varias personas

Un grupo de personas denunciaron que fueron estafadas por un centro de jubilados que funciona en la Estación Central Córdoba, 27 de Febrero 955, con el nombre de Emanuel. Según relataron Irene Martín y Ernesto Chavero, la presidenta del centro, Virginia Segobia, les vendió un viaje a Mendoza para mediados de marzo pasado que nunca se concretó.
Los jubilados compraron el tour con la ilusión de un tiempo de esparcimiento a bajo costo que en este caso ascendía a 95 pesos. Según explicó Chavero, algunos abonaron la totalidad del tour y otros entregaron señas a cuenta. Ambos dijeron que Segobia, que oficia como presidenta del centro de jubilados, fue quien cobró el dinero y durante estos cuatro meses les prometió una y otra vez la devolución de los importes abonados pero hasta ayer nadie se reunió con su dinero.
Tanto Martín como Chavero mostraron a La Capital pequeños volantes con el nombre del centro en los que se publicita la posibilidad de hacer viajes turísticos con "unidades propias" a distintos destinos. Además se invita a tomar clases de idiomas y talleres de cerámicas, entre otras posibilidades para los pasivos.
Los perjudicados señalaron que a cambio del dinero se les dio un recibo sin ningún tipo de membrete o de sellos identificartorios, los mismos que incluso entregaron a quienes pagaron el total del tour, es decir los 95 pesos.
"Entre los jubilados nos pasamos los datos, si se ofrecen beneficios como viajes o otras cosas", respondió Chavero, a modo de explicar cómo se relacionaron con el centro. En el verano, Chavero integró un contingente que desde ese mismo centro viajó a Chapadmalal.
"El viaje se hizo, pero nos llamó la atención porque ella nos pidió (por Segobia) aparte del costo cinco pesos para la comida de los choferes y, si bien es poca plata, vimos que ellos comían con nosotros en el complejo y gratis", explicó el hombre.
Los dos jubilados se llegaron hasta la Defensoría del Pueblo donde les respondieron que no podían hacer nada porque los recibos que tenían "eran truchos", y les aconsejaron que acudieran a un abogado particular.
"Si llamamos a un abogado nos va a salir más caro que lo que perdimos, lo único que queremos es que esta persona nos devuelva el dinero que le dimos hace ya meses", se lamentaron los jubilados al unísono.


Diario La Capital todos los derechos reservados