Finalmente, Carlos Chango Funes logró que se cumpliera con su última voluntad: las cenizas del fallecido senador nacional fueron esparcidas ayer en las aguas del río Paraná, bajo uno de los tramos del puente Rosario-Victoria, el último gran sueño del dirigente justicialista que no alcanzó a ver terminado.
Minutos antes de las 13, algunas de las canciones compuestas por el Chango Funes recibieron a quienes se acercaron a la explanada de Costa Alta para dedicarle el último adiós. Incluso la avenida de la costanera estaba vestida para la ocasión, con pasacalles blancos con letras azules que recordaban al legislador fallecido el pasado 29 de julio, a los 60 años.
Cerca de 300 dirigentes del justicialismo y amigos de Funes se mezclaron en calurosos abrazos, repasando recuerdos compartidos con el hombre que tantas veces insistió con lanzar la candidatura presidencial de Carlos Reutemann. Precisamente, el arribo entre aplausos del gobernador fue el puntapié inicial de la ceremonia, uno de los momentos más emotivos de la jornada para los familiares.
Luego de que la Banda Sinfónica Policial de Santa Fe interpretara el Himno Nacional, el padre Ignacio Periés ofreció un responso y bendijo la urna con las cenizas del fallecido dirigente, tras lo cual le fue dedicado un minuto de silencio.
Además del gobernador santafesino, estuvieron presentes el ministro de Gobierno, Angel Baltuzzi; la secretaria de Estado de Promoción Comunitaria, Roxana Latorre, así como numerosas personalidades de la política local, provincial y nacional, entre ellos Carlos Castellani, Héctor Cavallero, Jorge Obeid, Oscar Lamberto, Carlos Bermúdez, Esteban Borgonovo, Alberto Hammerly, Rubén Dunda y Julio Gutiérrez.
"El mismo eligió al Paraná como última morada", recordó el locutor, para repasar los hechos salientes de su vida. Funes, padre de cuatro hijos, no sólo fue un militante justicialista, sino también trabajador rural, operario industrial, periodista, ensayista, publicista, cantante, compositor musical, periodista, guionista de radio, televisión y cine documental, futbolista semiprofesional y ajedrecista.
Pablo, uno de sus hijos, se dirigió a "amigos y compañeros", para resaltar que "su voluntad de que sus restos sean cremados y sus cenizas esparcidas en este lugar nos resultó una idea natural", aunque señaló: "Percibimos que su partida trascendía al marco de su familia y sus efectos más cercanos".
Su jugada final
"Por ser un excelente ajedrecista tenía la virtud de ver varias jugadas adelante, y por ser poeta y pensador tenía la virtud de dejar mensajes entre líneas", aseguró, para recordar su anhelo de instaurar un corredor bioceánico. "Simplemente hizo las primeras y fundamentales medidas de una partida que recién empieza", sintetizó.
Luego fue el turno de Reutemann, quien destacó que en Funes encontró "un amigo y un verdadero maestro de la doctrina justicialista", además de resaltar "su honestidad y la calidez que reflejaba en los poemas que decía en sus discursos".
"Llegó a ser un ejemplo de hombre y de político, de esos que no se sustituyen fácilmente y no se olvidan jamás. Adiós Chango, adiós amigo, adiós compañero; hasta que volvamos a encontrarnos", concluyó el gobernador en su despedida a quien estuvo a su lado cuando daba sus primeros pasos en la política.
Reutemann, Baltuzzi y Hammerly acompañaron a los familiares en la lancha de Prefectura Naval que los acercó hasta los pilares más cercanos a la costa de Rosario. Desde la explanada, aplausos, rosas ofrendadas al río y hasta una tímida marcha peronista cantada a capella acompañaron el momento en que las cenizas del Chango Funes fueron esparcidas en las aguas del Paraná, en el último adiós que le dedicaron sus compañeros y sus seres queridos.