Los amistosos dejan de serlo cuando la pelota empieza a rodar. Y si no, hay que preguntarle a Rivarola, quien después de que Basualdo le entrara fuerte, le arrojó un puñetazo que terminó en el hombro del volante. La intervención de Pizzi y la flexibilidad del árbitro le permitieron a Pirulo seguir en la cancha.