Una mujer italiana puso su útero al servicio de otras dos mujeres que no pueden concebir hijos. El inédito intento de procreación fue anunciado en Roma por el ginecólogo Pasquale Bilotta, ya conocido por otras audaces intervenciones de úteros alquilados que han provocado polémicas numerosas en el seno del mundo científico y bioético. Bilotta señaló en una entrevista publicada por el diario español El Mundo que "se ha cruzado una nueva frontera de la fecundación artificial. Creo que ofrecer la posibilidad de tener un hijo a madres que por serios impedimentos no pueden quedarse embarazadas es una gran oportunidad que les da la ciencia". La mujer que se prestó a la inseminación in vitro está casada y es madre de dos hijos. Ya está embarazada de 12 semanas y tras el parto los niños serán entregados a sus respectivos padres. Vilotta explicó que se reconocerá a qué pareja corresponde cada bebé tras un simple análisis de sangre. "La decisión la consulté con mi marido y mis dos hijos también la conocen", ha manifestado la madre de alquiler, que se ha confesado católica. La gestante, según se ha sabido, no ha conocido a las madres de los bebés que está criando, y dice no haber recibido dinero por prestarse a esta operación. Lo único que le han cubierto han sido los gastos que ha tenido por pasar un mes en Suiza, donde se realizó la implantación de los óvulos. En Italia, esta intervención está prohibida, explicó el ginecólogo Bilotta. Las futuras madres son una romana de 27 años a la que se le había extirpado el útero, y una mujer de 32 años nacida en Puglia que por culpa de una cardiopatía no puede gestar un feto. Gino Concetti, teólogo oficial del diario vaticano, afirmó tras conocer la noticia: "La gestación de dos fetos por encargo de sendas parejas es un nuevo paso hacia la locura de la procreación asistida". Los políticos italianos reaccionaron pidiendo medidas contra esta técnica.
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