La Iglesia advirtió ayer que la actual situación del país puede derivar en una "anarquía social de imprevisibles consecuencias", y dio un total respaldo al "orden institucional y a la soberanía de las instituciones".
La Comisión Ejecutiva del Episcopado, que preside monseñor Estanislao Karlic, también se quejó de la "irracionalidad" con que se hicieron las privatizaciones, al no ofrecer una "red adecuada de contención social que dio lugar a a marginalidad y la exclusión creciente".
En documento titulado "Queremos ser nación", que fue difundido al cabo de tres días de deliberaciones, el cuerpo colegiado de la Iglesia aseguró que la "crisis histórica" que padece la Argentina es producto de dos enfermedades: "La evasión de los impuestos y el despilfarro de los dineros del Estado, que son dineros sudados por el pueblo".
"Ambos comprometen la equidad social y la justa del ingreso", señalaron los obispos, quienes luego recibieron a representantes sociales (ver aparte). Al mismo tiempo, reiteraron que "la deuda social o la gran deuda de los argentinos grava el futuro de nuestro pueblo".
Por su parte, el vicepresidente segundo del Episcopado, cardenal Jorge Bergoglio, aseveró en conferencia de prensa que "el orden institucional es intocable para no retroceder".
Asimismo, el purpurado porteño cuestionó las "fantasías propias del coyunturalismo que presentan, como solución, tocar el orden institucional o la soberanía de las instituciones".
El vicepresidente segundo, monseñor Eduardo Mirás, se preocupó por aclarar cuál es el rol de la Iglesia en la convocatoria a la unidad nacional y que ella apoyará todo aquello que "signifique justicia", pero aclarando que "ésta no se logra sin equidad".
"Queremos ofrecer un seno en el que (los actores sociales) puedan encontrarse para dialogar, dado que estamos viviendo en una sociedad irreconciliada", puntualizó el prelado rosarino.
En otro párrafo del texto, el Episcopado indicó que la crisis de larga data es consecuencia de que todavía no se ha elaborado una crítica a la "doble ideología" del Estado.
Un Estado, que a entender de los prelados, a lo largo de los años pasó del "endiosamiento" a una ideología totalmente contraria como es el "envilecimiento" del mismo, provocando la "despersonalización" y la "indefensión" en uno y otro caso.
Un llamado a los privilegiados
Ante este panorama que "amenaza derivar en anarquía social de imprevisibles consecuencias", el Episcopado hizo una serie de consideraciones para los cristianos, los pastores, los dirigentes de la sociedad en todos los órdenes, los trabajadores y a los que gozan de "privilegios" o "han recibido más bienes materiales".
A estos últimos, les recordó que "el derecho de propiedad no debe jamás ejercitarse con detrimento de la utilidad común" y que "si se llegase al conflicto entre los derechos adquiridos y las exigencias comunitarias primordiales, toca a los poderes públicos procurar una solución con la activa participación de las personas y de los grupos sociales".
En tanto a los trabajadores les dijeron que el bien común hace que "los reclamos sean justos, incluso el recurso a la huelga", pero que fuera de él "éstos se convierten en injusta agresión contra el todo social, y puedan dificultar grandemente la reconstrucción de la Argentina".
Ante la responsabilidad que "les cabe en la situación del país, como también la capacidad que tienen para levantarlo de la presente postración", exhortó a los dirigentes a "asumir el papel que la providencia y el pueblo argentino les han encomendado".
"Tengan ustedes el espíritu instintivo del bien que tanto necesita la sociedad. Perciban y comprendan con valentía las innovaciones necesarias para el mundo que nos rodea. La promoción de la justicia y la tutela de la dignidad humana sean su caridad. Y no olviden que ciertas crisis de la historia habrían podido tener otras orientaciones, si las reformas necesarias hubiesen prevenido tempestivamente, con sacrificios valientes, las revoluciones explosivas de la desesperación", indicó el Episcopado citando una frase del papa Pablo VI.
Los obispos también resaltaron "la muy pesada deuda externa, que aumenta cada día más y nos dificulta crecer".