Rodolfo Bella
El grupo Rosario Imagina estrena hoy "Cerca. Melodía inconclusa de una pareja", a las 22, en el teatro La Morada, Buenos Aires 990. El texto pertenece a Eduardo Pavlovsky y los personajes están a cargo de Flavia Laveggi y Miguel Bosco, bajo la dirección de Rody Bertol. El texto elegido supone un vuelco en relación a las dos puestas inmediatamente anteriores del grupo, "Mateo" y "Exiliados". En esos trabajos abordó los temas de la desocupación y el sentido de la vida, mientras que con el que se estrena hoy trabajo Bertol quiso encarar una problemática más "cotidiana", según contó el director a Escenario. De acuerdo con esto, "Cerca" vendría a complementar una suerte de trilogía sobre lo que Bertol calificó como los temas recurrentes de la dramaturgia. "Es un texto extraño porque si bien no cuenta una historia, es una galería de momentos a través de la cual Pavlovsky retrata el alma secreta de una pareja y uno puede encontrar las historias de amor personales en esos momentos, en esa galería de pequeños instantes", explicó el director. La intensidad propuesta por el texto también fue un elemento de peso que determinó su elección. En ese sentido, Bertol subrayó el "arrebato y el sentimiento" que el autor proyectó en "Cerca", cuestiones pasionales que consideró distancian este trabajo de los anteriores, como "El señor Galíndez" o "Pablo". Sin embargo, Bertol subrayó que la "marca" del autor es insoslayable: "La manera de forzar el lenguaje y el sentido son una constante. En esta obra, por supuesto, no ahonda sobre los mitos que el trabaja y que son cuestiones más siniestras, más vinculadas a otras grandes tragedias argentinas". El texto es un análisis irónico y de un humor punzante sobre los mitos que sostienen la convivencia. "La obsesión del deseo; el miedo al abandono, a la muerte, la vejez, los hijos, y, sobre todo, esa cuestión que no llega a marchar sobre lo mismos caminos: el deseo, el amor y la institución matrimonial". La pieza propone una visión poco complaciente y cuestionadora de la institución social, que a pesar de las transformaciones y los nuevos roles de los géneros, no se modificó sustancialmente: "Hay una cultura que nos hace vivir en matrimonio, y que nos incita a tratar de recorrer esa instancia como un requerimiento de la sociedad de consumo y también de la economía, pero paralelamente está el deseo. Creo que se seguirá repitiendo porque es una tradición y un rito. Lo que también creo es que cada vez hay una visión diferente sobre el matrimonio". Al dimensionar el supuesto conflicto entre matrimonio y deseo que plantea la obra, Bertol añadió: "La institución matrimonial tiene un arraigo en la cultura y en la vida, que no es la misma que tiene el deseo. Uno se casa y se supone que se casa para toda la vida y que debería ser consecuente con la continuidad que supone, pero el deseo va y viene. Ese es el gran dilema en relación al tema del amor". El autor dedicó su obra a Susana, la mujer que lo acompañó en su exilio en Madrid, lo cual indicaría que el texto tiene un enfoque autorreferencial. "No lo menciona, ni hay publicaciones que hablen sobre esta obra, pero conociendo su dramaturgia, se entiende que Pavlovsky es un autor que tiende a autorreferenciar en sus textos". Bertol aclaró que la elección del texto es una consecuencia de haber abordado una temática donde los temas eran menos domésticos en relación a "Cerca". "Veníamos de dos obras como en el caso de «Mateo», que plantea la problemática de la desocupación, y en el caso de "Exiliados", que plantea la cuestión del mito de la ilusión, el viaje, y en términos más amplios, el sentido de la vida. Ahora quisimos tocar una obra que fuese más sencilla, más simple". En ese sentido explicó: "Esta obra tiene la particularidad de ser muy profunda y sin embargo tiene mucho humor y mucha ironía. La hicimos porque veníamos de dos temas tan grandes como la problemática social, la falta de trabajo, que es una de las grandes tragedias de la Argentina, y la cuestión del sentido de la vida". El tema de "Cerca" está circunscripto a la esfera doméstica de la convivencia, aunque sin embargo los efectos de la desocupación no estarían demasiado desvinculados de las posibilidades de continuidad de una relación. En ese sentido, Bertol citó a Jorge Luis Borges, quien afirmaba que sólo existe un puñado de metáforas sobre las que siempre se regresa: "Las injusticias del poder, el sentido de la vida y el tema del amor son una recurrencia constante en cualquier dramaturgia". Sin embargo la pieza de Pavlovsky tiene la singularidad de plantear la problemática con ingenio, además de presentarlo con una estructura dramática con la apariencia de un collage de secretos que los personajes comparten por momentos con el público: "Nos había gustado la particularidad de la confesión y de la ironía con la que Pavlovsky trabaja el tema. Es decir que no es una obra de tipo sentimental, sino más punzante, más lacerante. Tiene ese acierto y no llega a ser una parodia o una farsa. La exquisitez que plantea el texto además es notable y muy poética", añadió el director.
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