Las cartas de Sarmiento han servido también para revelar la agitada vida amorosa del prócer. Si bien en los últimos años cobró particular fama aquella en que narra a sus amigos cómo fue afectado por la cercanía de Mariquita Sánchez de Thompson ("me sorprendí víctima triste de una erección, tan porfiada que estaba a punto de interrumpirla, y no obstante sus sesenta años, violarla"), Sarmiento fue, a juzgar por el testimonio epistolar, un hombre paciente y ordenado aun con sus amores. En los detalles de gastos de sus viajes puede aparecer, por ejemplo, el ítem "orgía" con la cantidad correspondiente. La más conocida y duradera de estas relaciones sería con Aurelia Vélez, la hija de su amigo Dalmacio Vélez Sársfield. Sarmiento era 25 años mayor que ella. "Es su gran amor y también su gran aliada política, la que lo acompaña en la carrera por la presidencia e impulsa su candidatura -explica Bombini-. Una compañera intelectual, muy inteligente y gran lectora. La intercepción de las cartas que él, estando en San Juan como gobernador, le envía a Aurelia en Buenos Aires genera una suerte de escándalo que hubo que tapar, porque aparentemente al mismo tiempo un ministro de Mitre estaba teniendo una relación con Benita, la mujer legítima de Sarmiento". Ya en esos años, parece, había relación entre el escándalo político y los líos del corazón.
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