Moscú. - Los golpistas soviéticos autores del fracasado putsch de agosto de 1991 tenían la intención de detener al presidente ruso Boris Yeltsin, el hombre que más se oponía a sus planes y que terminó transformándose en el triunfador del enfrentamiento. La información fue confirmada por documentos publicados por el semanario ruso Novaia Gazeta.Las recientes declaraciones de uno de los organizadores del golpe, el entonces jefe del KGB Viktor Kriuchov, le ha devuelto actualidad a los episodios. En una entrevista, el ex jefe de los servicios secretos intentó no sólo minimizar las extraordinarias manifestaciones de apoyo popular obtenido en aquellos tiempos por Yeltsin, sino también negar la existencia de un proyecto que apuntaba a la detención de Yeltsin. En la documentación aparece claramente que el jefe del KGB consideraba a Yeltsin el verdadero enemigo del golpe, más peligroso incluso que el propio líder de la Urss Mikhail Gorbachov, quien fue detenido por los golpistas en una villa veraniega sobre el Mar Negro. Kriuchov ordenó también que se tratara de convencer al presidente ruso de que no se opusiera al golpe y hasta dispuso que se lo capturara y "aislara". Yeltsin se opuso enseguida al golpe y lo derrotó.
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