Año CXXXIV
 Nº 49.201
Rosario,
martes  07 de
agosto de 2001
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Historia del santo italiano que hizo milagros en el barrio de Liniers

Cayetano de Thiene. Ese es el verdadero nombre del sacerdote que en 1670 fue declarado santo por el Papa Clemente X. Nació en Vicenza, República de Venecia, en 1480 y murió en Nápoles en 1547.
Según la crónica de época, fue abogado y posteriormente religioso. Dedicó su vida a los más pobres y excluidos, por lo que es llamado el "santo de la Providencia" o del "pan y del trabajo".
Una leyenda relata que un campesino le pidió a San Cayetano en el santuario de Liniers (Buenos Aires) que terminara con la sequía que azotaba a su sembradío. Para que el santo no olvidara su plegaria, el hombre le dejó una espiga de trigo. Al volver, el chacarero se encontró con un vasto trigal. Desde ese momento ese cereal pasó a ser un ícono del santo.
Justamente en lo que era la vieja capilla de Liniers es donde cada año se registra la mayor cantidad de fieles del país. Anoche, hileras de unas 20 cuadras anunciaban bajo la lluvia la populosa presencia de fieles que hoy se darán cita en el lugar. Faltaban pocas horas para que se abrieran las puertas del templo del barrio porteño donde se concentrarán los pedidos por más trabajo, una carencia que afecta al 16,4 por ciento de los argentinos.

La devoción porteña
Velas, imágenes, estampitas y mucha devoción popular es lo que sobraba en el kilómetro y medio que ocupaba la cola de fieles en Buenos Aires.
La temperatura veraniega de los últimos días cambió por una lluvia incómoda. Sin embargo, el mal tiempo no quebró la fe que llevó a permanecer a la mayoría de la gente a la intemperie en espera de poder tocar la imagen del patrono.
Desde hace más de un mes se instalaron en las cercanías del templo decenas de devotos, en su mayoría desocupados y subocupados, para pedirle y agradecerle al popular San Cayetano.
El impedimento de acampar para no molestar a los vecinos aguzó el ingenio de los fieles que colgaron cartelitos en los árboles para indicar su lugar en la fila de ingreso al templo. Y el primer puesto ya tiene dueña, está ocupado por la misma mujer desde hace años.
La fiesta lleva este año el lema: "De pie con San Cayetano, unidos en la esperanza, por la justicia y la paz, para que conseguir pan y trabajo no sea sólo un sueño".


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