Año CXXXIV
 Nº 49.199
Rosario,
domingo  05 de
agosto de 2001
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La crisis genera en la gente sentimientos de angustia, amargura y depresión
Argentinos con el ánimo por el piso

Javier Felcaro

¿Cómo estamos hoy? Angustia, amargura, tristeza y depresión son los sentimientos que expresa mayoritariamente y en forma espontánea la gente ante la actual situación que vive la Argentina. Una encuesta realizada por Ricardo Rouvier & Asociados, a la que La Capital accedió en forma exclusiva, refleja que el miedo jaquea al 25 por ciento de la población, mientras que sólo el 3,5% muestra esperanza, un sentimiento basado en la confianza que despertaron las nuevas medidas económicas impulsadas por el gobierno de Fernando de la Rúa.
El estudio sobre el estado psicosocial de los argentinos como consecuencia de la crisis se realizó en la Capital Federal y la provincia de Buenos Aires, y se centró en dos interrogantes: "¿Qué sentimientos tiene usted frente a la situación del país?" y "¿por qué tiene ese sentimiento?".
La expresión del humor colectivo obliga a un análisis más profundo de las respuestas obtenidas por el sondeo de opinión.

Factores de generación
Es entonces cuando se desprende que las sensaciones agrupadas en el ítem "angustia" (amargura, tristeza, decepción y angustia) tienen como principales "factores de generación y movilidad" la ausencia de futuro y la falta de trabajo.
También pesa la decisión de quienes optan por irse del país, la idea de que "no nos queda nada" en la Argentina y la falta de cambios.
El disgusto es el tercer sentimiento en orden de importancia (el 15% de las menciones) y se hace más fuerte entre los hombres, los jóvenes y los estratos sociales bajos y altos.
El primer factor que produce enojo es la "indiferencia e impunidad" de los políticos, seguido por "la responsabilidad de (Carlos) Menem" acerca de lo que está ocurriendo.
Un 12 por ciento no duda en sostener que "se ha destruido este país tan rico", y la bronca sigue n crescendo.
Lo cierto es que los partícipes de la vida política deberían prestarle más atención a esa luz roja intermitente, ya que la calificación negativa de esta clase ocupa el segundo lugar después de la mención de la falta de futuro.
Es más, el 10,7% de los entrevistados carga las culpas sobre el ministro de Economía, Domingo Cavallo, y únicamente el 3 por ciento coincide en que con Menem "estábamos mejor".
"El desinterés y la burla a la ley por parte de los políticos provoca angustia en primer lugar. Después le sigue el enojo", es la sentencia, lapidaria, de la investigación.
La falta de trabajo, los desocupados y los pobres son otros generadores de disgusto (11,5%), pero el enojo también sale a la luz entre aquellos que consideran que "no hay gobierno" (7%).
En tanto, las motivaciones que provocan miedo en la población son: la violencia urbana, el estallido social y el no saber qué va a pasar en el país. Las mujeres manifiestan más angustia y miedo que los hombres.

Jóvenes y con bronca
Asimismo, los mayores de 55 años representan el segmento de edades más destacado con respecto a la angustia. Curiosamente, los jóvenes son los que expresan su mayor enojo.
La angustia deja su profunda huella en todos los niveles sociales, pero la clase media se destaca como la más atormentada por el recuerdo de un pasado signado por un trabajo estable y la aquilatación de un capital educativo y cultural. Un abanico de posibilidades que la separaba tanto de los estratos considerados dominantes como de los sectores que pertenecen "al piso de un abismo tan temido".
En cambio, donde el enojo se hace sentir con mayor fuerza es en los sectores medios bajos y bajos. Y la sensación de inseguridad acapara los estratos medios altos y altos.
Entre sus conclusiones, la encuesta hace hincapié en que "la categoría más abarcadora de los principales sentimientos experimentados por la población remite a la privación que alude a una sensación de frustración por la pérdida de expectativas y por la insatisfacción individual y social".
Si hablamos del miedo, el principal motivo se relaciona con la seguridad personal y el segundo con el temor que produce la falta de futuro.
El estudio, realizado durante la tercera semana de julio pasado, precisa también que el grado de violencia que caracteriza a la creciente acción delictiva (también causado por un alto nivel de privación) generó una suerte de "psicosis colectiva".

El fantasma del estallido
También aparece el temor al estallido social, mientras que la desestabilización del actual gobierno alcanza solamente al 12,6% del total de los porteños y bonaerenses que contestaron¼ que sienten "miedo".
Así estamos hoy los argentinos. Las señales son claras y preocupantes, y no deben ser miradas de reojo por aquellos que sí pueden abrirle la puerta a las soluciones largamente reclamadas por toda la sociedad.


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