Brasilia. - El gobierno brasileño solicitó un informe al ejército sobre los actos de espionaje contra movimientos sociales, como los campesinos sin tierra, a los que documentos secretos de los militares consideran "fuerzas adversas" que pueden ser "repelidas y/o eliminadas". El ministro de Defensa, Geraldo Quintao, dijo que el titular del ejército, general Gleuber Viera, le señaló que ya había ordenado la apertura de un sumario interno para investigar los actos de espionaje interno. Por su lado, Georges Lamazière, vocero del presidente Fernando Henrique Cardoso, señaló que "el presidente no tiene conocimiento del asunto y por eso no hace ningún comentario". "Sin duda, la noticia sobre el espionaje interno del ejército causa una gran perplejidad", dijo Marco Aurelio de Mello, titular del Supremo Tribunal Federal, el máximo organismo judicial.
Mello agregó que confiaba en que el Ministerio de Defensa realizará una exhaustiva investigación sobre los documentos secretos encontrados por un grupo de fiscales y dados a conocer el jueves por el diario Folha de Sao Paulo. Los partidos de oposición reclamaron al gobierno que explique cuáles son las actividades de inteligencia que realiza el ejército. "Eso revela que le gobierno no se distanció de la política de patrullaje de los adversarios", criticó el jefe del bloque de diputados del Partido de los Trabajadores, Walter Pinheiro.
Luego de la dictadura militar (1964-1985), los gobiernos democráticos desplazaron al ejército de la seguridad interna e intentaron que sus tareas de inteligencia pasaran a depender del Congreso para evitar posibles excesos. De acuerdo con los documentos, el ejército define como "fuerzas adversas" a "grupos, movimientos sociales, entidades y organizaciones no gubernamentales y cualquier persona que provoquen reflejos negativos para la seguridad nacional". "En el momento actual, se verifican ejemplos de esas entidades en el crimen organizado, el narcotráfico y en los movimientos populares como el Movimiento de los Sin Tierra", agregan.
Para el caso de que alguna de esas "fuerzas adversas" intente "actos de sabotaje contra el ejército", como obtener documentos, armas o municiones, los documentos aconsejan a sus agentes que "repelirlas y o eliminarlas".
La ciudadanía en segundo plano
Los documentos también sostienen que, para garantizar el orden interno "a veces es necesario perjudicar los derechos de los ciudadanos". Los documentos secretos fueron encontrados en una oficina del ejército, que funcionaba bajo la fachada de una agencia de noticias, en Marabá, una localidad del estado de Pará, en el norte del país. "Lamentablemente, la noticia no nos sorprende, aunque es triste comprobar que la dictadura militar terminó en 1985, pero hay gente que continúa buscando un enemigo interno que no existe", dijo Jaime Amorím, miembro de la conducción nacional de los campesinos sin tierra.
El Movimiento de los Sin Tierra fue creado en 1984 para reclamar una reforma agraria en un país en el que, según los datos oficiales, el 48 por ciento de la tierra productiva está en manos del 1 por ciento de los propietarios.