Un comerciante del barrio Bella Vista tuvo que esperar apenas 15 días para enfrentar la primera experiencia en materia de robos a mano armada. Su debut como víctima casi por milagro no lo colocó en el ranking de personas asesinadas en asaltos. Antonio Fiant, de 33 años, recibió dos balazos en el cuerpo cuando una pareja de delincuentes intentó asaltarlo y se resistió a entregar el dinero. Los maleantes se llevaron unos cien pesos que estaban en la caja y huyeron a bordo de una motocicleta. El violento episodio ocurrió el lunes, cerca de las 21, en el salón de ventas de Pasco 4076. "Este negocio parece embrujado", comentó ayer a la mañana una vecina al enterarse de la suerte que corrió Fiant la noche anterior. Sucede que ese local, situado a pocos metros de bulevar Avellaneda, cuenta con una larga sucesión de robos y asaltos que se produjeron sin interrupciones con los distintos propietarios que tuvo el lugar y que, ante la ola de inseguridad que sacude al barrio fueron dejando el comercio vacío. Según fuentes policiales, Fiant se encontraba solo en el negocio cuando llegaron presumiblemente en una moto un hombre y una mujer jóvenes que no perdieron tiempo y enseguida desenfundaron un revólver. Los delincuentes pidieron el dinero, pero al parecer el comerciente se negó y hasta llegó a resistirse. Voceros de la Unidad Regional II no descartaban que también se haya producido un forcejeo. Pero todo derivó en tragedia cuando el hombre que esgrimía el arma apretó el gatillo. El informe policial indica que fueron dos los disparos que impactaron en Fiant a la altura del abdomen y que dejaron a la víctima en grave estado. Los ladrones, en tanto, subieron nuevamente a la moto y huyeron hacia Avellaneda. Una versión indicaba que cuando ya estaban sobre la avenida, lo asaltantes se desprendieron del rodado y continuaron la huida a pie. Fiant fue conducido al Hospital de Emergencias Clemente Alvarez, donde ayer permanecía internado en observación y su estado era delicado. Según contaron a La Capital algunos vecinos de la cuadra, Fiant había comprado el negocio hacía poco tiempo. "Es más, no hace ni siquiera 15 días que abrió y ya se la dieron", comentó una mujer. El comerciante solía atender en horario corrido y muchas veces lo hacía a través de una reja por seguridad. "Este local parece embrujado. Lo agarraron de punto. El dueño anterior tuvo que vender porque sufrió tres robos en el término de un mes", señaló un grupo de vecinos.
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