El presidente de la Comisión Nacional de Energía Atómica (Cnea), Aldo Ferrer, se pronunció ayer por la conveniencia de terminar la construcción de la tercera central nuclear del país, Atucha II, que insume un gasto para el Estado de 12 millones de pesos anuales para mantenerse inactiva.
"Acá hay dos alternativas: hacerla o no hacerla, pero no hacerla no es gratis", dijo Ferrer. Y agregó que "se puede hacer sin comprometer recursos adicionales, porque hay dinero asignado y el resto se puede financiar con la venta de la energía generada".
La planta, ubicada a orillas del Paraná de las Palmas y a una distancia de 115 kilómetros de la Capital Federal, lleva invertidos unos 3.300 millones y sus obras tienen el 81 por ciento de los trabajos realizados. Faltarían cerca de 686 millones para terminarla.
A su entender, las otras dos existentes -Atucha I y Embalse- no se privatizaron durante la anterior administración porque no hubo interesados, dada lo dificultoso de algunos procesos extremadamente complejos, como la administración de residuos y las normas de seguridad.
"Cuando las centrales son administradas por el sector privado, tiene que haber marcos regulatorios muy severos", aseveró Ferrer, lo cual desincentiva fuertemente la inversión en el área.
"No hay que privatizarlas"
Para Ferrer, de todos modos, no deben privatizarse: "Las centrales están bien ubicadas donde están (bajo la órbita estatal), y las dos que existen han sido extremadamente exitosas, tanto en la fase de construcción como de operación".
Interrogado acerca del margen de maniobra que perdió el Estado en materia de planificación a raíz de las privatizaciones en el sector energético, respondió que "se perdieron muchas cosas, pero acá no estamos hablando de las políticas generales de desnacionalización que se impusieron en el país y que lo llevaron a la situación en que está, sino del área nuclear específica, en la que sí quedan instrumentos de acción".
Por otra parte, el titular de la Cnea descartó que Argentina vaya a sufrir una crisis eléctrica similar a las que ocurrieron en California o en Brasil, por la diversidad de las fuentes disponibles en todo el país. "Precisamente, para mantener esa diversidad de oferta y consolidarla es que hay que terminar Atucha II, porque hoy la energía nuclear aporta un 10 por ciento de lo consumido en total, y las dos centrales existentes no pueden operar por más de 15 años más", subrayó el funcionario.
Además, Ferrer dijo que se trata de una fuente energética de valores mucho más estables que otras por no estar sujeta a los precios del petróleo ni del gas, y destacó que "Argentina tiene que estar posicionada internacionalmente aprovechando todo lo que hizo en el último medio siglo", desde la creación de la Cnea en 1950.
Para justificar la falta de respuestas, Ferrer dijo que "lamentablemente las exigencias de la coyuntura demandan la atención del presidente Fernando de la Rúa y de su gabinete a las cuestiones de corto plazo y entonces decisiones tan importantes como ésta, de la estructura de largo plazo, reciben mucha menos atención".
La Ciudad
