Cuando alguien reza, nace un dios es la frase que inicia este título publicado por Electronic Arts. Se trata, por un lado, de un típico SimGod muy simplificado y, por el otro, de un Tamagotchi ultrasofisticado que provoca una adicción similar a la de Los Sims. Entre ambos extremos, hay muchas distracciones que mantienen al jugador ocupado, más la promesa de que se puede ser tan bueno o tan malo como se quiera. La campaña de Black & White está dividida en cinco etapas, cada una en una isla distinta. A su vez, en cada isla se encuentran varias aldeas y, cuando se las domina, hay que trabajar por su prosperidad. Uno debe entonces juntar madera para construir casas, hacer que llueva para acelerar las cosechas, y liderar la construcción de un cementerio. El objetivo es ir ganando creyentes para aumentar el poder, y derrotar a un dios enemigo. La historia avanza cuando se activan pergaminos dorados (obligatorios) o plateados (opcionales), que presentan distintas misiones. Los quests son presentados por un ángel o un diablo (la conciencia buena y la mala), que aconseja al jugador. Lo mejor de Black & White se llama “La Criatura”, e implica la posibilidad de elegir como representante del Edén en la Tierra a una vaca, un mono o un tigre (más tarde se puede optar por otros animales). Este personaje es, simplemente, fantástico: tiene cientos de animaciones que le permiten expresar sus sentimientos de manera increíble. Con el tiempo, aprende a imitar hechizos, a bailar, a interactuar con las aldeas. También hace cosas inesperadas, como comer (y vomitar) una pelota. En cuanto a las contras de este juego, puede citarse en primer lugar la presencia de varios bugs y lo aburrido de la parte estratégica. Por otra parte, el modo de salvado es complicado y, en muchos casos, funciona mal. Por último, es imposible evitar el tutorial que dura varias horas. Afortunadamente, Lionhead ya está desarrollando un patch que, entre otras cosas, incluirá editores de mapa y skins, y una isla sin enemigos (para que uno pueda entretenerse sin distracciones). Asimismo, permitirá jugar en red con un solo CD, y hará que los aldeanos jueguen al fútbol y hablen entre sí. En el fondo, Black & White no es ni bueno ni malo. En realidad, se trata de un buen rejunte de las grandes ideas que a Molyneux se le ocurren desde siempre, algo que, justamente, no puede definirse en términos de blanco o negro.
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