Viernes 6 PM. En la oficina del concejal de La Matanza Luis D'Elía reina la algarabía. Las voces se confunden al otro lado del teléfono y de pronto irrumpe, suave, la palabra del piquetero más famoso de la Argentina. "¿Vieron? La Justicia acaba de declarar inconstitucional la ley de ajuste. Ahora habría que mandarle la Gendarmería al gobierno para que cumpla los mandatos judiciales, como corresponde...", afirma exultante el dirigente matancero a La Capital, minutos después de conocer que un juez laboral falló en contra del recorte salarial para los trabajadores estatales y jubilados.
Pero ese no fue el único motivo de celebración. D'Elía no puede ni quiere ocultar la satisfacción que le produjo ser recibido en la Casa de Gobierno por la ministra de Trabajo, Patricia Bullrich, luego de que un congreso de piqueteros anunciara para el martes cortes de rutas simultáneas en 50 ciudades del país. Del cónclave se fueron sólo con promesas, pero el objetivo más importante se había concretado: el gobierno les brindó entidad política a pesar de que la modalidad de sus protestas está prohibida por la Constitución nacional.
"El gobierno comprendió que somos un nuevo fenómeno social. Agradecemos la invitación de Bullrich porque, de alguna manera, en esa reunión se blanqueó nuestra situación", dijo el piquetero más famoso, quien jamás se imaginó entrar por la puerta grande de la Casa de Gobierno, acompañado por un grupo de dirigentes y su ladero de la Corriente Clasista y Combativa (CCC), Juan Carlos Alderete.
El puente que le tendió Bullrich contrasta con otras opiniones del riñón delarruista, quines ven a los piqueteros como un movimiento liderados por "sediciosos" que esconden sus objetivos políticos con demandas sociales concretas y legítimas. Uno de ellos es el subsecretario de Comunicación, Juan Pablo Baylac, quien, entre otras cosas, llegó a decir que "los que cortan las rutas no tienen hambre", y puso como ejemplo la gruesa figura de D'Elía.
"Los que nos acusan de sediciosos, como Baylac y esos payasitos, no se notificaron de que en el fax que nos envió Bullrich a la CTA, dice que reconoce que hubo una asamblea de distintos sectores que reclaman demandas concretas", contraataca el edil, y prosigue con sus diatribas hacia el vocero presidencial: "Baylac usa una semántica poco prudente para el cargo que ocupa. Se la pasa diciendo gansadas".
D'Elía reiteró que los piquetes del marte serán "pacíficos" y que se le brindará caminos alternativos para aquellos que se vean afectados por los cortes de ruta. Asimismo, descartó la posibilidad de que la Gendarmería reprima las protestas. "No van a existir motivos para eso", aseguró.
Juampi, un piquetero más
Por otra parte, el concejal matancero celebró las últimas declaraciones del ministro de Desarrollo Social, Juan Pablo Cafiero, quien remarcó la debilidad del gobierno para pulsear con "los mercados y la usura financiera" y desatender las demandas sociales.
"Juampi parece un piquetero más; lo vamos a sumar a nuestras propuestas", ironizó, aunque luego remarcó las contradicciones ideológicas del ministro: "Cafiero viene de esa práctica del masomenismo crónico de un sector del peronismo renovador, que no es ni chicha ni limonada. No se puede ser de izquierda y derecha a la vez".
La Ciudad
