Santiago de Chile se destaca por su belleza, aunque también por la cantidad de gente que habita esta coqueta ciudad. Las casi siete millones de personas (casi el cincuenta por ciento de la población chilena) hacen que el tránsito vehicular por momentos se torne caótico. Pero a medida que la noche se apodera del día el cambio es rotundo. Tan es así que nadie podría pensar que este lugar pueda albergar tamaña cifra de gente. Apenas unos pocos coches, colectivos o taxis circulan por la avenida principal. La tristeza parece hacerse presente para cambiar el panorama. "La crisis cada vez es mayor", resume un recepcionista de un hotel con suma preocupación. Y casi como por necesidad comienza a confesarse, tal vez impulsado por el afán de descargarse y pedir prestado un oído. "¿Cómo puede vivir una persona con 90.000 pesos (150 dólares)?", se pregunta sacudiendo su cabeza de un lado a otro. "Pero la crisis es general", dice como tratando de encontrar consuelo y pensar que aún se podría estar peor. El "efecto argentino" parece afectar notoriamente la economía trasandina. Y así lo hacen saber los economistas en los medios locales, donde culpan a la Argentina de incidir por su pésima situación en la devaluación del peso chileno. Como ocurre en nuestro país, la inseguridad también está en paulatino crecimiento. Los robos y muertes ocupan los espacio de la televisión y las radios. A diferencia de la Argentina, aún no llegó la "onda piquetera". Aunque a este ritmo "en cualquier momento aparecerá", sostiene un taxista, que ofrece el número de celular para que se lo llame en cualquier momento que se lo necesite, sin límite de horarios. Es que la necesidad de trabajo motiva a conseguir el peso diario de cualquier manera. Por estos lares no se habla del famoso "riesgo país" argentino, pero sí está en boca de todos el número "10", la cifra de desocupación que padecen los chilenos. El aporte económico que hace el Estado a las empresas para que éstas otorguen trabajo es una de las medidas aplicadas para tratar de controlar la crisis. Pero no es suficiente. Chile es un fiel reflejo de Argentina. Tanto en la crítica situación que debe soportar como en los temas a tratar en los medios. Como en nuestro país, con tal de olvidarse (o hacer olvidar) por algunos momentos de la economía se habla de la Ceci. Cecilia Bolocco, la esposa del ex presidente Carlos Menem, recluido en Don Torcuato, ocupa las tapas de las revistas del corazón y otras. Sobre todo la ex miss universo, que por el tema de la supuesta infidelidad la llevó a declarar que eso "me da asco". Chile y Argentina, dos países diferentes pero con las mismas realidades. Economía destrozada, una crisis que aumenta a pasos agigantados, pero con Charly y la Bolocco como tema de charlas y debates. Así estamos.
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