Los seleccionados de Colombia y México irán hoy por su primer título y toda la gloria cuando se midan en el estadio Nemesio Camacho, El Campín, en la final de la 40ª edición de la Copa América.
El partido se jugará a las 17 y será arbitrado por el paraguayo Ubaldo Aquino, secundado por su compatriota Miguel Giacomuzzi y el argentino Claudio Rossi.
Toda la afición colombiana espera confiada el éxito, ya que su equipo llega con un rendimiento perfecto al partido decisivo de la Copa América.
"No hay triunfalismo entre mis jugadores", dijo el técnico Francisco Maturana, que se ha mostrado satisfecho con el trabajo físico y mental de sus dirigidos. "Lo que hay es convicción en lo que se está haciendo y respeto por el rival", añadió.
El equipo colombiano se ha merecido el apelativo de favorito, ya que llega a la final con un rendimiento del ciento por ciento: 15 puntos sobre 15, una valla invicta y, además, Víctor Hugo Aristizábal será casi seguro máximo goleador de la Copa, con 6 tantos hasta el momento.
La mejor presentación de un equipo colombiano en una Copa América se registró en 1975 bajo las ordenes de Efraín El Caimán Sánchez, que llegó hasta el subcampeonato tras perder la final con Perú.
Colombia espera hacer respetar su condición de local, ayudada por los 50.000 aficionados que colmarán El Campín.
En cuanto al equipo titular, en la práctica de ayer, Maturana dejó ver que será el mismo que derrotó en semifinales a Honduras por 2 a 0.
La mayor prevención de Maturana para este partido fue la altitud de Bogotá, en torno a los 2.600 metros. Por ello, decidió que el equipo, concentrado toda la segunda fase en Armenia, no viaje a la capital hasta anoche, es decir a menos de 24 horas antes del encuentro.
Por primera vez en todo el torneo, el seleccionador mexicano, Javier Aguirre, aseguró que quiere el título, que la final no será un partido más de preparación para el encuentro del 2 de septiembre en Kingston, contra Jamaica.
Aguirre, quien vivió la final de Ecuador 93 como ayudante técnico, sabe lo amarga que es la derrota y no quiere volver a ser subcampeón, porque se encuentra ante una posibilidad histórica.
No lo tendrá fácil, porque llega al encuentro decisivo acuciado por las suspensiones y las lesiones.
No podrá contar, por sanción, con el defensa central Manuel Vidrio, el único que fue titular en todos los partidos del torneo, ni con su capitán Alberto García Aspe, el armador del juego y alma del equipo.
La baja de Antonio de Nigris, también sancionado, es menos sensible, por cuanto será cubierta por el goleador Jared Borgetti, autor de dos de los cinco tantos que ha marcado México en la Copa.
Además, Aguirre está pendiente de la evolución física de Rafael Márquez, que se tuvo que retirar de la semifinal contra Uruguay, con un tirón en un muslo. Si no está en condiciones, lo reemplazará Sigifredo Mercado.
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