Quieren que De la Rúa se vaya antes de que finalice su mandato y buscan que un "argentinazo" imponga un nuevo gobierno "como ocurrió el 17 de octubre". Aseguran que los gobernantes son traidores a la patria y ejercen un poder ilegítimo, pero tampoco perdonan a la burocracia sindical. "Hacemos piquetes porque no queda otra: peleamos contra el ajuste, contra el Estado y sus punteros, que pretenden arreglarnos con planes sociales para callar el reclamo de la gente", dispararon a coro Luciano Orellano, de la Corriente Clasista y Combativa (CCC) de Carlos Perro Santillán, y Julio López, por la Central de Trabajadores Argentinos (CTA). Ambos participaron la semana pasada del Congreso Nacional de Piqueteros y el martes próximo estarán al frente de los cortes de ruta que, como en todo el país, se anuncian en Rosario y alrededores, pese a la advertencia de las autoridades provinciales acerca de que actuarán con firmeza para despejarlas.
"Si hay represión el costo político lo pagarán ellos, que serán los violentos y no nosotros", desafiaron los dirigentes. ¿Quiénes son los piqueteros rosarinos? ¿Qué buscan? ¿Tienen referentes políticos o sindicales? Una nueva forma de protesta ya se instaló en Argentina.
Antecedentes en las calles
En los últimos meses, Rosario fue escenario de múltiples marchas que desembocaron en piquetes. Oroño y Batlle y Ordóñez, Circunvalación y Cerrito, la Gerencia Nacional de Empleo (Mendoza y Maipú) y la Secretaría de Promoción Comunitaria (Mendoza y Sarmiento) fueron algunos de los puntos donde se reiteraron los cortes de calle.
Junto a vecinos de diferentes barrios carenciados frecuentemente sin encuadramiento político, al frente de todas estas movilizaciones sociales de Rosario hubo integrantes de la CCC y la CTA. Muchos se preguntan hacia dónde se canaliza el descontento de estas protestas, aunque hasta ahora han mostrado una relativa convocatoria .
"Si bien existe un reclamo puntual que se expresa con un corte de una calle, siempre se reivindica lo político", aseguró Orellano, de 31 años, ex empleado de una fábrica. Sobrevive con trabajos de herrería y desde el 94 milita en la CCC, coordinando el movimiento liderado por el Perro Santillán en Rosario.
"Que se vaya De la Rúa"
"Queremos que De la Rúa abandone la presidencia antes de que termine su mandato, y para eso lo va a sacar el pueblo en la calle: desocupados, chacareros, estatales, obreros, jubilados y estudiantes", lanzó Orellano.
Contradictorio para algunos, el discurso de la CCC "va en contra del golpe de Estado", pero ataca a quienes fueron elegidos mediante el voto popular. "Acá están gobernando los traidores a la patria, por lo que hay que imponer un nuevo gobierno: el camino es el Argentinazo, que imponga un gobierno de unidad como pasó el 17 de octubre", puntualizó Orellano.
En otras palabras: el piquete como forma de protesta va mucho mas allá de la restitución de los 4 mil planes Trabajar que se perdieron en Rosario durante el último año o el 20,2 por ciento de desempleo que castiga al ex cordón industrial.
López tiene 27 años. Vive con su familia. Su padre es jubilado de un frigorífico y su madre, empleada doméstica. Hizo unas materias en la carrera de Antropología, pero abandonó y ahora coordina un centro comunitario en el barrio Las Delicias. En Rosario formó la Federación de Trabajo y Vivienda (FTV), que integra la CTA. El jueves pasado, durante una marcha encabezó la columna sur que desde San Martín y Arijón desembocó en la plaza 25 de Mayo, junto al resto de dirigentes barriales de la ciudad.
Para López, "los funcionarios no tienen ni idea de lo que vive una persona que vuelve llorando a su casa porque no tiene comida para sus hijos. Las heladeras tienen sólo botellas con agua. No hay situación más violenta que esta", descerrajó.
Sin caciques ni punteros
"La CCC es una organización sin patrón: los caudillos y caciques no existen", reafirmó Orellano. Localmente, sostuvo el militante, la agrupación "se financia con la venta de pastelitos, fideos, empanadas y rifas".
Según sus militantes, este carácter le da a la CCC una metodología horizontal en las decisiones y se diferencia de los vicios de los gordos de las cúpulas sindicales. En esa línea, Orellano calificó al titular de la CGT oficial, Rodolfo Daer, de "traidor que ahora no representa a nadie".
El dirigente de la CTA, por su parte, disparó contra el clientelismo político con una revelación. "El Estado nos han querido arreglar con planes sociales, pero apostamos a otro tipo de construcción social", sostuvo López.
Y fue más allá. Aseguró que diariamente su organización compite con "punteros del gobierno provincial, que en los barrios se quedan con los planes de empleo o les piden coima a los beneficiarios".
Ambos dirigentes se preparan ahora para dar batalla el martes en los piquetes que se desplegarán en el Gran Rosario y no les tiembla el pulso al lanzar una severa advertencia: "Si hay represión el costo político lo tendrán que pagar los funcionarios".
Las declaraciones suenan como un desafío destinado al subsecretario de Seguridad santafesino, Enrique Alvarez, quien prometió garantizar el despeje de rutas y caminos. Y también para el ministro de Gobierno, Angel Baltuzzi, que prometió actuar con mesura y firmeza al tomar "todas las medidas de prevención" necesarias para "causar el menor daño posible a la circulación de los ciudadanos".
Otra es la visión de los piqueteros. "Le pedimos disculpas a la gente que quiera pasar por un piquete, pero si quieren que se quejen al gobierno", remató López.