Buenos Aires.- Las 22 personas que el viernes fueron tomadas como falsos rehenes por la policía mientras realizaban un curso de control mental en una oficina del centro porteño podrán ser citadas a declarar ante la fiscalía de instrucción 40 en calidad de testigos del episodio que conmocionó durante tres horas a la capital argentina y que fue seguido por televisión y en directo desde todo el país.
Tanto los asistentes al curso como los promotores de la Fundación AURUM, que funciona en Maipú 853 y ofrece distintos cursos como Feng Shui y Autoconocimiento, quedaron en la causa en calidad de testigos y a disposición de la fiscalía 40 de Capital, donde ya se giraron las actuaciones, explicaron fuentes policiales.
Todos ellos declararon la noche del viernes en la seccional 15 y coincidieron al explicar que se trató de un "malentendido" y que muchos habían contratado un seminario de cuatro días para el "mejoramiento personal".
"Los alumnos eran de todas las profesiones, desde maestras jardineras hasta abogados y gerentes de empresas. No entendemos qué los había sugestionado de esa manera o por qué ni siquiera contestaron el teléfono cuando empezó a llamarlos el negociador de la Policía Federal", explicaron las fuentes.
Feng Shui y autocontrol
Aurum, tal el nombre de la entidad organizadora del curso, es una fundación privada que cobra por distintas actividades ofrecidas en publicidades e Internet como el de Feng Shui o autocontrol que en la red promete "un enfoque contemporáneo y práctico para la comprensión profunda de la relación persona-espacio".
En sus cursos, esta fundación auspicia la creación de ambientes "que favorezcan una mejor calidad de vida personal y laboral", según lo ofrecido.
La noche del viernes, los falsos rehenes dijeron que realizaban un ejercicio de supervivencia extrema que simulaba el hundimiento del Titanic y, por ello, los vecinos del piso de abajo escucharon gritos referidos a la muerte y los asesinatos.
Alumnos y profesores tardaron más de tres horas en aclarar a los policías que les golpeaban la puerta e intentaban comunicarse con ellos que no eran rehenes y no corrían peligro alguno.
Esto sucedió cuando 300 policías ya se habían desplegado en las adyacencias de Maipú al 800, se había evacuado la zona y se sucedieron escenas de temor entre vecinos y familiares de gente que trabaja allí.
Pese al malentendido que obligó a la policía a un despliegue mayúsculo que se tradujo en más de 300 efectivos en la calle, edificios y hoteles desalojados y hasta un helicóptero sobrevolando la zona, desde la cúpula de la Federal se insistió en pedir a la gente "que no deje de llamar ante cualquier sospecha porque peor hubiera sido que el alerta hubiera sido cierto y se hubiese actuado ingenuamente".