| | Falleció un general español herido en un atentado de ETA El general Justo Oreja resultó herido hace un mes al estallar una bomba en un barrio de Madrid
| Madrid. - Un general español gravemente herido hace un mes en un atentado de ETA falleció ayer en un hospital de la capital española, mientras en el País Vasco sigue la ola de violencia de la guerrilla urbana tras la muerte el martes de la joven Olaia Castresana, al estallarle la bomba que preparaba en un centro turístico cerca de Valencia. Castresana es el eje de la investigación que sigue la policía española, que intenta desbaratar la ofensiva estival lanzada por ETA contra la industria del turismo, una de las más importantes actividades económicas del país. En Madrid ayer fue un día de luto por la muerte del general Justo Oreja, de 62 años, quien el 28 de junio fue gravemente herido cuando una bomba escondida en una mochila adosada a una bicicleta estalló cuando el militar salió de su casa, en un barrio residencial de la capital del país. El fallecimiento de Oreja se produjo por un "fallo multiorgánico provocado por las múltiples complicaciones que presentaba desde su ingreso al hospital", señaló el parte médico facilitado por el Hospital de La Paz, donde el general estaba internado. Oreja se convirtió en la víctima número 12 asesinada por ETA en lo que va del año y la número 35 desde diciembre de 1999, cuando rompió la tregua que había proclamado unilateralmente. La lista de víctimas incluye desde agentes de la policía catalana y vasca, dirigentes políticos populares o socialistas, hasta el cocinero del comando de la marina en San Sebastián, y dos operarios de una empresa de electricidad vasca. En tanto, una nueva noche de violencia y destrucción soportó el País Vasco del viernes al sábado, cuando grupos de jóvenes encapuchados del separatismo radical atacaron el domicilio de un delegado sindical del Ugt (cercano al Partido Socialista Obrero Español, Psoe) y el automóvil de un agente de la policía autonómica. En Victoria, capital administrativa vasca, el automóvil de un policía quedó destruido al estallar un artefacto rudimentario; y en Hernani, bastión separatista de Guipuzcoa, una bomba incendiaria fue lanzada contra la vivienda de un delegado local del Ugt. Otros incidentes se verificaron también en Irun y en la provincia de Vizcaya. La escalada de violencia urbana comenzó el martes pasado, después de la muerte de Olaia Castresana, al explotarle la bomba que estaba preparando en un departamento de Torrevieja, en Alicante.
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