Una jornada difícil vivieron los mercados argentinos, como consecuencia de las dificultades del gobierno para imponer el ajuste fiscal y las dudas externas sobre la posibilidad de Argentina de seguir pagando la deuda. El índice Merval de la Bolsa porteña bajó 2,47%, con un magro volumen de negocios (11 millones de pesos) mientras que el riesgo país subió 120 puntos. En el mercado financiero, la tasa interbancaria se ubicó en el 26% anual entre entidades de primera línea. El call en dólares se elevó al 19% anual. Los indicadores bursátiles y financieros cayeron ayer como reflejo de la impaciencia de los inversores frente a la demora del Senado en tratar un plan de ajuste. Pero el malestar alcanzó su punto máximo cuando Moody's anunció un recorte en la calificación de la deuda del país. Una hora antes del cierre del mercado local, Moody's anunció que redujo la calificación máxima dela deuda argentina en moneda extranjera a Caa1 desde B3 (cinco escalones por debajo del grado de inversión), al igual que las de los bonos denominados en moneda extranjera y pesos. "Esperamos que el mercado tome una tendencia bajista hasta que se defina la clave y urgente aprobación del Senado", dijo Allaria Ledesma Sociedad de Bolsa, en un informe. Según indicó Pedro Rabasa, analista de Scotiabank Quilmes, "no sólo importa el tratamiento de la ley, sino cuál es la actitud que tomará el Ejecutivo para hacer frente a este atraso". El Senado postergó para la próxima semana el tratamiento de la llamada ley de "déficit cero", que busca equilibrar las cuentas fiscales para reducir la necesidad de recurrir al financiamiento externo. Los diputados dieron el viernes media sanción al proyecto, que estipula que el Estado no podrá gastar más de lo que recaude por impuestos. Para alcanzar ese objetivo, se reducirán en 13% todas las erogaciones del Estado, con excepción de los salarios públicos y las pensiones de menos de 500 pesos mensuales. "El mercado tiene la idea de que la aprobación del déficit cero está relativamente más cerca, pero le teme a la actitud política", dijo Rabasa. El Banco Central salió a frenar una suba más abrupta de tasas, a través de préstamos al 20% en pesos y al 11,5% en dólares, para calmar la presión del mercado. Esta falta de liquidez constante hizo que el dólar mayorista cotizara en 1,004 pesos por unidad, o sea 0,4% arriba de la banda cambiaria que rige desde 1991. La falta de confianza inversora hizo que en la plaza cambiaria de futuro se escucharan precios de hasta 1,5 pesos por dólar a un año, aunque operadores reconocieron que se trataba de valores nominales ya que no se registraban operaciones directas.
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