Cuando falta poco tiempo para su elevación a juicio oral y público, la causa judicial por el homicidio del remisero Daniel Sánchez podría presentar novedades importantes ya que los dos imputados de ser autores materiales del crimen solicitaron prestar declaración indagatoria en la Fiscalía de Corral de Bustos. La novedad causó sorpresa en el ámbito judicial de esa ciudad cordobesa, ya que los acusados se abstuvieron en su momento de brindar cualquier versión sobre lo sucedido y siempre se especuló con que lo harían durante las audiencias públicas. Los hermanastros José Torres y Mario Andrés Paglione, actualmente detenidos en la alcaidía de Villa María, están citados para mañana en el despacho del fiscal de Corral de Bustos, Emilio Drazile, quien lleva adelante la investigación del brutal homicidio del chofer rosarino. El remisero Daniel Sánchez desapareció el 22 de septiembre de 2000 luego de tomar un traslado a Casilda. No se supo nada de él hasta el 25 cuando apareció asesinado a balazos, golpes y puñaladas en un camino rural de Isla Verde, Córdoba. Torres y Paglione aparecieron vinculados al crimen porque la policía probó que la llamada telefónica con la que se contrató el servicio se había realizado a través del celular de Gabriela Paglione, hermanastra de los acusados. La mujer estuvo un tiempo detenida pero recuperó la libertad por falta de pruebas. Sus hermanastros, en cambio, estuvieron cuatro meses prófugos hasta que fueron hallados en Mendoza. En ese operativo la policía encontró el auto de Sánchez, un Ford Escort que estaba en poder de un abogado allegado a Torres y Paglione. Ayer, fuentes vinculadas a la defensa de los imputados afirmaron desconocer los motivos por los cuales Torres y Paglione están decididos a romper el silencio. "Lo único que sabemos que su hermana les pidió que hablaran. Ella se entrevistó con nosotros para saber qué opinábamos y después estuvo con ellos en la cárcel de Villa María hace 15 días. Fue ella la que los persuadió para que declararan", afirmaron desde el estudio Jaurelialzo. Según trascendió, la jugada de los acusados apunta a desmentir su presencia en Isla Verde durante el fin de semana en que ocurrió el crimen. Es más, dirán que entre el 21 y el 25 de septiembre estuvieron en Mendoza y exhibirían unos pasajes de ómnibus. Pero la gran duda que surge es: ¿por qué esperaron seis meses y recién ahora se decidieron a hablar?
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