El juicio por la Amia no tendrá TV en directo para preservar a los testigos

Comienzan a definirse los detalles sobre el histórico proceso que se iniciará el 24 de septiembre próximo

El Tribunal Número Oral 3, que juzgará a parte de la bautizada conexión local por el atentado a la Amia, prohibió la televisación o transmisión por radio en directo del debate que comenzará el 24 de setiembre próximo, para preservar la "espontaneidad" de los testigos.
Los jueces federales Gerardo Larrambebere, Miguel Pons y Guillermo Gordo resolvieron "no autorizar la televisación ni transmisión radiofónica de las audiencias de recepción de prueba" durante el juicio.
Para más adelante quedará definir si se permite la transmisión directa de la etapa de alegatos y veredicto, explicaron fuentes de ese tribunal. La televisación del juicio o su emisión radial "podría atentar contra la espontaneidad de los testigos, en tanto pudiesen sentirse amedrentados por la circunstancia de advertir que sus expresiones estarían siendo retransmitidas a un sinnúmero de individuos", expresó el tribunal en su resolución.
El juicio, que duraría 10 meses con la citación de al menos 1550 testigos, comenzará el 24 de setiembre, día en que se leerá la acusación y de llegarse con los tiempos, se ofrecerá a los detenidos la posibilidad de prestar declaración indagatoria.
Ninguna de estas alternativas podrá ser vista por televisión o escuchada por radio. La única cámara que entrará a la sala de audiencias será la que se usará para retransmitir el debate por circuito cerrado a dos salas, una ocupada por prensa y otra por familiares.
El tribunal respondió con su resolución a un pedido explícito de un canal de cable que había pedido autorización para televisar todo el juicio oral en directo.
"La visualización por el público en general de las múltiples audiencias a llevarse a cabo importaría una directa violación de lo establecido en la última parte del primer párrafo del artículo 384 de la ley ritual, desde que permitiría a quienes deban deponer en una faz ulterior del juicio, observar lo que viene acaeciendo en él", consideraron los jueces.
La prohibición, en virtud de este argumento, alcanza a la televisión y a "todo otro medio que permita la transmisión directa" de las audiencias, como grabadores.
Los magistrados destacaron que el juicio por el atentado del 18 de julio de 1994 será "un proceso de innegable repercusión nacional e internacional que tiene como sus pilares a la oralidad y a la publicidad".
Por ello, pese a prohibir la transmisión en directo, ratificaron que "lo dispuesto deberá ser compatibilizado con el legítimo derecho a informarse que poseen los periodistas, razón por la cual habrá de facilitarse su desempeño, permitiendo el acceso a la mayor cantidad posible de órganos de prensa".
Pese a que no emitieron ninguna resolución al respecto, los jueces evalúan también limitar el acceso de reporteros gráficos a la sala de audiencias y una de las medidas que se cree prosperará en ese aspecto será la de dejar que se tomen fotografías sólo el primer día.
El juicio por el atentado se hará contra 20 imputados, cinco de ellos acusados de haber sido "partícipes necesarios" por haber tenido en sus manos la camioneta que se usó como cochebomba en el ataque.
Los demás llegan procesados por distintos delitos conexos, como asociación ilícita o falsificación de documento.