Año CXXXIV
 Nº 49.188
Rosario,
miércoles  25 de
julio de 2001
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Comenzaron a derribar el muro de Junín
Por allí pasará una calle paralela. Ratifican el inicio del complejo Scalabrini Ortiz en agosto del 2002

El muro de calle Junín comenzó ayer a derrumbarse. Allí se construirá una calzada paralela a la avenida que permitirá el acceso al futuro complejo Scalabrini Ortiz. La obra forma parte de un nuevo sistema vial en la zona que incluye una rotonda sobre Caseros, la doble mano de Mongsfeld, y el futuro cruce a nivel de Francia y las vías. Según el grupo inversor, los trabajos se terminarán a principios del año que viene, aunque quizás el municipio habilite algunas arterias en los próximos meses. Más allá de la reprogramación de las fechas, la recesión económica y los índices de desocupación en Rosario, el gerente de negocios de Alto Palermo Centros Comerciales -que junto a Coto forman el hólding inversor-, Eduardo Goilemberg, ratificó la puesta en marcha del proyecto en agosto del 2002.
Los obreros comenzaron a tirar abajo el histórico muro, entre Canning y Caseros. La secretaria de Obras Públicas municipal, Patricia Sandoz, dijo que por allí pasará una traza que correrá en el mismo sentido de Junín y a la que separará un cantero formado por la hilera de árboles, hoy en pie. Esta es una de las obras que los privados se comprometieron a realizar. Las otras, la segunda mano de Mongsfeld y la rotonda, están muy avanzadas. A estas se sumará la apertura de Francia, desde las vías hasta la rotonda, que construye el municipio.
Esta inversión inicial supera los dos millones de pesos. Y es la primera intervención del grupo inversor para lo que será el futuro complejo Alto Rosario. Goilemberg confirmó ayer a La Capital que la construcción del centro comercial, los cines y el hipermercado arrancará dentro de un año y más tarde se levantarán las torres de departamentos, en el marco de un plan a 10 años.
Después de varias postergaciones, los vecinos del barrio Malvinas verán concretado su sueño de terminar con la división que los separaba del resto de la ciudad. Y las tareas que han comenzado muestran que el soñado proyecto puede ser realidad. Ni las cifras del desempleo, la recesión o el complejo que construye Jumbo a pocas cuadras, parecen tumbar la propuesta. "Es una inversión a largo plazo. Rosario tiene un potencial enorme y puede, aunque no tranquilamente, absorber dos complejos de este tipo", indicó el empresario.



Barrio Refinería empezó a cambiar su fisonomía.
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