Rosario es hoy tan insegura como el violento Gran Buenos Aires. Según unas encuestas de victimización que realiza el Estado nacional aquí y en otras grandes ciudades argentinas, uno de cada diez rosarinos mayores de 16 años ha sufrido al menos un robo a mano armada en el término de un año. Para el secretario de Política Criminal de la Nación, Mariano Ciafardini, esto prácticamente iguala a Rosario con el gigantesco anillo urbano que rodea a la capital argentina en un rubro inquietante: son los sitios con mayor cantidad de robos violentos y por lo tanto los más riesgosos para la integridad física y la vida de las personas.
Un dato para tener en cuenta es que estas encuestas de victimización no incluyen a habitantes del Gran Rosario, un cordón donde la curva de delitos aumentó sensiblemente en los últimos meses.
Hay estadísticas locales que avalan el diagnóstico del funcionario nacional. Según datos oficiales de la Cámara Penal de Rosario, los rosarinos denuncian un delito cada siete minutos. El año pasado se reportaron 82.562 denuncias que dieron lugar a la apertura de otras tantas causas judiciales. Ese número representa 7.500 casos más que en 1999 y casi 11.000 más que en 1998.
Sin embargo, los especialistas en seguridad urbana aseguran que estos números no reflejan exactamente la cantidad de delitos ya que hay un porcentaje de hechos que jamás llega a conocerse. Esto es así porque las víctimas, por distintas causas, prefieren no darlos a conocer a las autoridades. Un buen porcentaje de estos casos jamás denunciados son robos en la vía pública, como los tristemente célebres arrebatos, que aumentan la sensación de inseguridad de la gente. Estos hechos son un agujero negro en las estadísticas debido a que es virtualmente imposible cuantificarlos.
"Esta ciudad tiene un problema de inseguridad ya comparable con el primer y segundo cordón del conurbano bonaerense, y muy superior a la Capital Federal", dijo el secretario de Política Criminal a este diario. Y añadió: "Definitivamente, Rosario se ha convertido en una ciudad peligrosa y violenta".
El funcionario, que depende del Ministerio de Justicia de la Nación, tiene un plan de prevención con el que cree poder reducir drásticamente la cantidad de robos a mano armada. Sin embargo, afirma que ni el gobierno municipal de Hermes Binner ni el provincial de Carlos Reutemann se mostraron interesados en aplicarlo.
"Con este programa, denominado Plan Nacional de Prevención del Delito, de acá a fin de año vamos a bajar un 30 por ciento los robos violentos en la ciudad de Buenos Aires. Esto también se puede hacer en Rosario, pero para eso hay que firmar acuerdos con la provincia y el municipio", dijo Ciafardini.
-¿Y quién tiene que tomar la iniciativa para que eso sea posible?
-La provincia y el municipio.
Un plan para la coyuntura
El funcionario, un ex fiscal de la Justicia Federal, vino a Rosario precisamente para dar a conocer las supuestas bondades de su plan, al que él mismo definió como de "coyuntura" y no estructural. "Se trata de un programa de urgencia, las bolsas de arena para parar la inundación. Después habrá que pensar una solución más integral para el problema de la inseguridad", afirmó.
Según Ciafardini, lo que define al Gran Buenos Aires y a Rosario como ciudades "inseguras" es la cantidad de robos a mano armada. Aún así, cree que la situación aquí está lejos de ser comparable con ciudades como San Pablo y Río de Janeiro, donde el número de homicidios es mucho mayor.
Para bajar el número de atracos violentos y subir la sensación de seguridad entre la gente, Ciafardini da tres claves: \
La Ciudad
