La tumba de Tomás Thomas contiene un prisma de mármol en cuyos laterales aparecen detalladas algunas frases escritas en diversos idiomas. Entre otras, hay palabras sacadas del Evangelio de San Mateo que dicen: "Bienaventurados sean los justos porque ellos tendrán consolación". Sobre la estructura de mármol estaba enclavado el globo terráqueo de bronce que fue sacado. Cálculos efectuados por personas que frecuentaban el lugar (la parte más antigua del cementerio de Carcarañá) indican que el sepulcro, con el prisma, tenía una altura aproximada de dos metros. La versión policial sobre el robo indica que desconocidos ingresaron en horas de la noche y con una cierra cortaron el globo de bronce que tiene un peso aproximado de 120 kilos. En ese marco investigan que el mismo debió ser llevado con la ayuda de un vehículo. La policía de Carcarañá dio aviso a la Policía Federal para impedir que esa pieza pase por la aduana rumbo a otro país, debido a -según estimaciones locales- posee un valor histórico que es considerado "incalculable".
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